NATALIO BERNAL AMADOR
* ¡La lotería escarlata, de nuevo a Veracruz!
* Los primeros nombres del futuro gabinete
* También del Congreso y Judicatura
Coatzacoalcos, Veracruz
22 de julio 2010
Miguel Angel Yunes Linares nuevamente se quedo en el camino…
Los odios y rencores lo hundieron y en lugar de hacer campaña propositiva para ganar la elección se dedicó a denostar al gobierno del estado, aun cuando tuvo todo el apoyo del poder presidencial a través de los programas federales a las comunidades que como nunca antes se vieron reforzadas para que ganara y no lo supo capitalizar y de lo cual ha asumido un ominoso silencio.
A pesar de ello y de advertir una y otra vez en la víspera de la elección “de que contaba con todo el poder presidencial” Yunes perdió el tiempo en denostaciones en lugar de convencer con propuestas reales a la población, de ahí el resultado de las elecciones del 4 de julio, donde perdió por abrumadora mayoría y aun se dice victima de un fraude electoral que hasta el momento no ha podido comprobar, por lo que terminó por decepcionar a su principal impulsor, el presidente de la República.
Con ello queda prácticamente superada la intención de impugnar en los tribunales los resultados de la elección como paulatinamente habrá de dar la razón y a la sazón, el triunfo a Javier Duarte de Ochoa.
Por ello no fue fortuito que horas antes del relevo y enroque de funcionarios del gabinete presidencial, los líderes de las Cámaras de Senadores y Diputados del PRI, Manlio Fabio Beltrones y Francisco Rojas Gutiérrez, se reunieran en privado con el presidente Felipe Calderón Hinojosa en la residencia oficial de Los Pinos.
Sólo ellos sabrán el contenido de los diálogos, pues está más que claro que no sólo fue para informarles sobre los cambios en su gabinete. ¿O no?
Ambos líderes camerales apenas la semana anterior junto con Javier Duarte de Ochoa y la lideresa nacional priísta Beatriz Paredes Rangel convocaron a una conferencia de prensa en la capital del país donde se comprometieron a defender hasta sus últimas consecuencias el triunfo del PRI en la entidad veracruzana, la cual advirtió la lideresa nacional “no está sujeta a negociación”.
Más claro ni el agua…
A partir de entonces, el aspirante panista a la gubernatura, Miguel Angel Yunes Linares disminuyó el volumen en los tonos de su discurso.
¿Más señales…?
La reacción en el equipo duartista, no se hizo esperar:
Antes de que cualquier otro de los gobernadores electos del PRI en las demás entidades reconocidos por el presidente de la República, el de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa designó al porteño Tomás Ruiz González ex director de Banobras ex subsecretario de Hacienda en el gobierno federal panista, ex titular de la Lotería Nacional, como el inmediato responsable de la transición para el relevo de poderes con Fidel Herrera Beltrán.
Mensaje más claro: Tomás Ruiz González, oriundo de Coatzacoalcos que ha navegado en medio del PAN y el PRI, ex líder nacional y fundador del Partido Nueva Alianza (PANAL), junto con la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo, partido que fue en alianza con el PAN, y que juntos postularon a Miguel Ángel Yunes Linares, a la gubernatura de Veracruz y que perdió por casi el millón de votos.
Obviamente que habremos de ver mas sorpresas en los días por venir, pero lo que queda claro es que el triunfo de Javier Duarte de Ochoa es irreversible y que en contraparte los resultados causaron desencanto en Los Pinos donde se la jugaron con un candidato externo al PAN.
¿Qué opinará la maestra…?
¡La lotería de nuevo quedó en Veracruz…!
Al menos eso dice Javier Duarte: ¡Ganó Veracruz…! ¡Ganamos todos…! (¿?).
Y los premios de consolación: están por venir junto con los reintegros, ¡ahí los verá…!
NOMBRES, NOMBRES Y NOMBRES
Tras la inminente reconfirmación de los resultados electorales empezó la fiebre por las figuras que habrán de ocupar los cargos en el próximo gabinete de Javier Duarte de Ochoa donde varios personajes del sur de Veracruz están en la antesala de ser llamados y otros más tendrán especial encargo en el Congreso de Veracruz.
Desde antier de usted por amarrado al encargado de la transición de poderes del gobierno que encabeza Fidel Herrera Beltrán a Javier Duarte de Ochoa, al ex director de Banobras y ex sub de Hacienda, Tomás Ruiz González, oriundo de Coatzacoalcos. El va a la Secretaría de Finanzas y Planeación.
En la secretaría de Gobierno, por acuerdo y convenio como aquí lo anticipamos, repetiría Reynaldo Escobar.
Por su reconocido liderazgo en el sur de Veracruz, su ascendiente entre el electorado y capacidad de servicio y lealtad el dos veces alcalde de Coatzacoalcos, Marcelo Montiel Montiel estaría llamado a la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma), aunque también es ubicado para controlar la política interna de la entidad veracruzana.
Adolfo Mota Hernández es ubicado en la Secretaría de Educación de Veracruz.
La talentosa periodista, ex coordinadora de prensa de la campaña de Javier Duarte de Ochoa, Gina Domínguez Colío en la Coordinación de Prensa y Relaciones Públicas del próximo gabinete. ¡Bien merecido licenciada!.
Por su capacidad y responsabilidad demostrada al frente de la gran obra pública desplegada en Coatzacoalcos a pesar de su juventud, Joaquín Caballero Rosiñol es visto y mencionado para la Secretaría de Comunicaciones de Veracruz, el cargo que dejó precisamente su ex adversario interno en la contienda por la presidencia municipal, y por quien declinó, el alcalde electo, Marcos Theurel Cotero.
Importantes encargos tendrán también en el Congreso Local el porteño Eduardo Andrade Sánchez así como su homólogo –por sus doctorados en leyes y como diputados- Flavino Ríos Alvarado.
Otros personajes más como el destacado jurista y ex diputado federal Fernando Charleston Salinas y el ex alcalde de Coatzacoalcos, propietario del periódico Liberal del Sur de Coatzacoalcos, Edel Alvarez Peña habrán de ser incorporados o al menos propuestos a ser considerados magistrados del Tribunal Superior de Justicia. Al tiempo.
PARA NORMAR CRITERIO.— Por si los defensores de la imagen del aspirante del PAN a la alcaldía en la agresión al periodista Gabriel Gutiérrez Baeza que pretenden desligar de cualquier responsabilidad a Gonzalo Guízar, la omisión de apoyo también es complicidad y todos vieron el ataque a mansalva y hasta se solazaron de ello, argumentando que “la gente está caliente por la derrota…”, sino que le pregunten a Daniel Izquierdo ex candidato a síndico y al famoso Gertrudis Guízar hermano del ex aspirante azul…¿o no?, ¿entonces porqué defender lo indefendible…?. Ojala la defensoría se aplique y bien, y no quede en la impunidad como otros casos…Y por mi parte los espero en el siguiente CRITERIO UNIVERSAL.
viernes, 23 de julio de 2010
miércoles, 14 de julio de 2010
LOS POLÍTICOS ESPAÑOLES TIENEN VARIOS PROBLEMAS
ALGO MÁS QUE PALABRAS
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor
España necesita muchas reformas, cierto, la de los políticos también. Ellos, que concurren a la manifestación de la voluntad popular, deben asumir sus responsabilidades y ocupar la puerta de servicio antes que la puerta del poder. A diario nos sirven en bandeja una retahíla de problemas en lugar de resolverlos. En ocasiones, el político por si mismo ya es el problema. Le señalan y no abandona el sillón hasta que no recae condena explicita. Para muchos es su medio de vida. Jamás han trabajado en otra cosa. Por ello, el interés de su bolsillo es antes que el interés del Estado, y, a veces, están más enfrascados en proteger la seguridad de su puesto de poder que en asegurar progreso social para todos. El político decente lo dejaría al primer síntoma de sospecha.
Otra de las contrariedades es la mediocridad política, lo mejor que harían algunos es no despegar los labios. En lugar de buscar soluciones generan contiendas inútiles, absurdas, sectarias, o sea, una riada de problemas innecesarios. Como aquellos que ponen en entredicho la unidad de la nación española o la lengua de Cervantes, que tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla todos los españoles, o la independencia del poder judicial, que no debe admitir intromisión política alguna. El político honesto se apartaría de ser un ciudadano de partido y sería un ciudadano de Estado, con altura de miras, un señor libre que piensa más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones, que respeta y cuida la división de poderes de Montesquieu.
Los políticos españoles, muchos de los cuales han ocultado la crisis porque ellos ni la han tenido, ni la tienen, ni la tendrán jamás, piden ahora esfuerzos colectivos, en parte para pagar la cuenta de sus derroches. El gasto público nos desborda. El político honrado tomaría el esfuerzo como deber primero, y con voluntad de Estado sobre todo lo demás, se afanaría en priorizar los verdaderos problemas que afectan a la ciudadanía y trataría de resolverlos, propiciando consensos y uniones, sólo así todos unidos se puede reducir el desempleo, avivar la promoción de la inclusión social y luchar contra la pobreza que cada día es más creciente en España.
corcoba@telefonica.net
Víctor Corcoba Herrero/ Escritor

Otra de las contrariedades es la mediocridad política, lo mejor que harían algunos es no despegar los labios. En lugar de buscar soluciones generan contiendas inútiles, absurdas, sectarias, o sea, una riada de problemas innecesarios. Como aquellos que ponen en entredicho la unidad de la nación española o la lengua de Cervantes, que tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla todos los españoles, o la independencia del poder judicial, que no debe admitir intromisión política alguna. El político honesto se apartaría de ser un ciudadano de partido y sería un ciudadano de Estado, con altura de miras, un señor libre que piensa más en las próximas generaciones que en las próximas elecciones, que respeta y cuida la división de poderes de Montesquieu.
Los políticos españoles, muchos de los cuales han ocultado la crisis porque ellos ni la han tenido, ni la tienen, ni la tendrán jamás, piden ahora esfuerzos colectivos, en parte para pagar la cuenta de sus derroches. El gasto público nos desborda. El político honrado tomaría el esfuerzo como deber primero, y con voluntad de Estado sobre todo lo demás, se afanaría en priorizar los verdaderos problemas que afectan a la ciudadanía y trataría de resolverlos, propiciando consensos y uniones, sólo así todos unidos se puede reducir el desempleo, avivar la promoción de la inclusión social y luchar contra la pobreza que cada día es más creciente en España.
corcoba@telefonica.net
Aprovechadores públicos, a trabajar…
TIERRA DE BABEL
Jorge Arturo Rodríguez
Jorge Arturo Rodríguez
Terminó la euforia futbolística mundial: España, campeón. Pero aquí en Veracruz el descontento electoral continúa y, dicen, aún está por definirse al ganador. Mientras, ojalá me dejen descansar un poco de tanta idiotez mediática, al menos eso espero, pero quién sabe, porque tal parece que seguirán con sus desmadres de pleitos postelectorales. Ni modo, a seguir chutándome declaraciones y riñas que como los perros, no más se ladran pero no se muerden, además, bien es sabido que perro no come perro, al menos eso dice la mayoría de la gente, lo dice en cada esquina, en el servicio urbano, en el taxi, en los baños públicos de las mismas dependencias gubernamentales y en los cines, vaya, hasta en las alcobas –bueno, esto me lo han comentado mis cuates y cuatas-, lo cual no es nada saludable, porque se va incubando, si no es que ya se desarrolló, la semilla de la desconfianza hacia las instituciones, por no decir que provocan incertidumbre y coraje por tanta política barata, a la mexicana al fin, y la pregunta es pa’ cuándo se pondrán a trabajar, a fijarse que no hay tiempo ya pa’ tantos altercados, en Veracruz urge que se trabaje a diario, casi sin descanso, porque se tienen muchas necesidades y carencias, pero qué, dice la gente, los políticos golosos de poder sólo buscan satisfacer sus propios intereses, insaciables, ¿y la pobreza?, bien gracias, ¿y el desempleo?, ¿y el problema educativo y de vivienda?, ¿y el deterioro ambiental y un chingo etcétera? Ahí pal ratón, ¿no?
El escritor colombiano Fernando Vallejo, al preguntársele si votaría en las elecciones presidenciales de su país, aseveró que no y agregó: “Para mí los que se llaman servidores públicos son unos aprovechadores públicos y jamás votaré por ningún asqueroso de estos”. Ese sentimiento crece en nuestra población, sobre todo si se considera que el abstencionismo en las pasadas elecciones en Veracruz continúa con cifras preocupantes. Sí que lo creo, pos ya estamos hartos de tantas mentiras, cinismo y falta de respeto a nuestro voto.
Por eso quizás, pa’ la próxima siga las palabras de Fernando Vallejo y los mande mucho por donde vinieron. Ahí veremos, dijo el ciego al tuerto, ¿o al revés?
Los días y los temas
Bien lo dijo el historiador Lorenzo Meyer, las elecciones de 2010 constituyeron “un ritual sin contenido”, sin ciudadanos ni propuestas distintas, “la atmósfera fue de una lucha entre los poquitos que se disputaban la bolsa de recursos electorales”. (Proceso, No. 1758/ 11 de julio/2010). Pero, sobre todo, fue una lucha por el poder y la lana del presupuesto.
Y hay que decirlo, chance hasta gritarlo en las calles, que todo México se entere: con los asesinatos de Marco Aurelio Martínez Tijerina, en Nuevo León, y Guillermo Alcaraz Trejo, en Chihuahua, ocurridos el fin de semana pasado, el gremio periodístico está de luto por décima ocasión en el año. Me uno al llamado que hace La Fundación para la Libertad de Expresión: que las instituciones encargadas de la seguridad pública del país “lleguen hasta las últimas consecuencias en las investigaciones porque un muerto más, ya no es posible”.
De cinismo y anexas
Decía el periodista P.J. O’Rourke que un poco de gobierno y un poco de suerte son necesarios en la vida, pero sólo un estúpido confía en estas cosas. Tan-tan.
Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx
El escritor colombiano Fernando Vallejo, al preguntársele si votaría en las elecciones presidenciales de su país, aseveró que no y agregó: “Para mí los que se llaman servidores públicos son unos aprovechadores públicos y jamás votaré por ningún asqueroso de estos”. Ese sentimiento crece en nuestra población, sobre todo si se considera que el abstencionismo en las pasadas elecciones en Veracruz continúa con cifras preocupantes. Sí que lo creo, pos ya estamos hartos de tantas mentiras, cinismo y falta de respeto a nuestro voto.
Por eso quizás, pa’ la próxima siga las palabras de Fernando Vallejo y los mande mucho por donde vinieron. Ahí veremos, dijo el ciego al tuerto, ¿o al revés?
Los días y los temas
Bien lo dijo el historiador Lorenzo Meyer, las elecciones de 2010 constituyeron “un ritual sin contenido”, sin ciudadanos ni propuestas distintas, “la atmósfera fue de una lucha entre los poquitos que se disputaban la bolsa de recursos electorales”. (Proceso, No. 1758/ 11 de julio/2010). Pero, sobre todo, fue una lucha por el poder y la lana del presupuesto.
Y hay que decirlo, chance hasta gritarlo en las calles, que todo México se entere: con los asesinatos de Marco Aurelio Martínez Tijerina, en Nuevo León, y Guillermo Alcaraz Trejo, en Chihuahua, ocurridos el fin de semana pasado, el gremio periodístico está de luto por décima ocasión en el año. Me uno al llamado que hace La Fundación para la Libertad de Expresión: que las instituciones encargadas de la seguridad pública del país “lleguen hasta las últimas consecuencias en las investigaciones porque un muerto más, ya no es posible”.
De cinismo y anexas
Decía el periodista P.J. O’Rourke que un poco de gobierno y un poco de suerte son necesarios en la vida, pero sólo un estúpido confía en estas cosas. Tan-tan.
Hasta la próxima
jarl63@yahoo.com.mx
MADUREZ POLÍTICA AUSENTE
Contornos
Octavio Augusto Lara Báez
Octavio Augusto Lara Báez
En 1991, como una medida para dar mayor certidumbre a los votantes, el Consejo general del IFE dispuso que se creara un sistema de información de los resultados electorales de manera preliminar, pues el cómputo final de todas las actas de escrutinio era tardado y generaba impaciencia entre la gente. Fue la primera versión del PREP que hoy conocemos.
En esa primera e histórica ocasión, el sistema funcionó por medio de cien aparatos de fax, que recibieron desde los Consejos distritales, las actas de escrutinio y cómputo, logrando recabar el 71.82 por ciento de ellas en un lapso de 72 horas ininterrumpidas.
En las subsiguientes elecciones, este sistema se fue mejorando hasta desarrollarse un programa de cómputo especializado para la captura, procesamiento y exhibición de los primeros resultados registrados en cualquier contienda electoral a través de las páginas oficiales de los órganos electorales en la Internet.
Vale la pena recordar que el ahora tan cuestionado PREP nació con la intención de dar un adelanto del recuento de votos, nunca como un sustituto del cómputo final que debe realizar cada Consejo electoral.
Esto porque hoy en día, tras las votaciones del pasado 4 de julio, el perdedor de la contienda por la gubernatura, Miguel Ángel Yunes, ha alegado que la elección estuvo amañada, argumentando entre otras cosas, que el PREP presentó fallas y que presuntamente quedaron “volando” más de 600 mil votos.
Querer culpar de los resultados adversos a un sistema dedicado únicamente a dar avances y tendencias del voto, es sólo parte de una estrategia de descalificación muy calculada por el candidato perdedor para justificarse.
Por eso las descalificaciones sistemáticas, casi a diario, al trabajo del IEV, ataques dirigidos principalmente a sus consejeros, a sus contrincantes políticos y, pasado el proceso cuyos resultados no le favorecieron, a todos los que en él participaron.
Olvida el ex candidato panista al gobierno de Veracruz que en la organización y realización de la elección del 4 de julio participaron cerca de cien mil veracruzanos, que fungieron como funcionarios de casilla, capacitadores, representantes de partidos y de candidatos, además de observadores. Gracias a su trabajo, fue posible realizar los comicios. Si las irregularidades de las que habla hubiesen sido generalizadas, ese ejército de ciudadanos se habría encargado de denunciarlas.
Por si fuera poco, la diferencia de votos entre el candidato triunfador, Javier Duarte y él fue de 85 mil 575 votos, distancia que legitima de manera más que suficiente el triunfo del abanderado de la Coalición Veracruz para Adelante, virtual Gobernador electo. Si en 2006 Felipe Calderón ganó con apenas 0.57 décimas de punto sobre López Obrador en una elección más cuestionada, no hay razones para no reconocer el triunfo priísta que fue más claro.
No obstante, buscando atraer la atención de una ciudadanía que ya se hartó de las disputas electorales, tras una marcha de protesta convocada por el aspirante derrotado en Veracruz a una semana de la elección, el dirigente nacional del PAN César Nava dio declaraciones a diarios nacionales en las que se pronunció por buscar la anulación del resultado electoral de Veracruz: "Pediremos la reversión del resultado, de no concederse ésta, pediremos la anulación del proceso", expresó en entrevista a Reforma (12/0710).
Cae así el líder azul en una evidente contradicción, ¿para qué pedir que se revierta el resultado electoral si ellos han afirmado que les es favorable? Y todavía más: ¿por qué tendría que exigir la anulación total de una elección que supuestamente ganó su candidato? Como se ve, en sus propias declaraciones, Nava revela dos cosas: una, que no tiene buena comunicación con su candidato, el cual asegura que tuvo más votos que el ganador -cosa que por cierto no ha probado, ni podrá hacerlo-, y dos, que acepta implícitamente que perdieron la elección y van a recurrir a las instancias judiciales para intentar echarla abajo.
Dependerá ahora de la fundamentación que hagan de sus acusaciones y de la objetividad e imparcialidad de los tribunales para ratificar la victoria priísta o acceder a lo que luce como un capricho de los perdedores. Una muestra más de la falta de madurez y clase de muchos políticos, que sólo reconocen la democracia cuando ganan y la ponen en entredicho cuando les toca perder.
Por otra parte, al desconocer la validez y legalidad de los comicios, el PAN está desconociendo también los triunfos que legítimamente obtuvo en 52 municipios en los que triunfó, aliado con el PANAL y otros 37 en los que ganó solo. Eso sin mencionar los 10 distritos en los que ganaron sus candidatos a diputados.
La democratización de México debe pasar, necesariamente, por el fomento de una cultura democrática de todos, actores políticos, gobernantes y ciudadanos, pues no es admisible que se cuestione y descalifique toda elección por el simple hecho de haberla perdido.
Si queremos avanzar como sociedad democrática, debemos entender que en la democracia se gana y se pierde. Quienes hoy perdieron, en próximas elecciones pueden ganar, pues no hay derrotas eternas ni las preferencias ciudadanas son propiedad exclusiva de nadie, como algunos creen ilusamente.
Cuando entiendan eso los partidos políticos, se preocuparán más por presentar buenos candidatos, por hacer buenos gobiernos, por cumplir la palabra empeñada, responder a la confianza que el pueblo les otorgó y cultivarla todos los días, con hechos concretos y no solo con discursos.
e-mail: tavolara62@yahoo.com
En esa primera e histórica ocasión, el sistema funcionó por medio de cien aparatos de fax, que recibieron desde los Consejos distritales, las actas de escrutinio y cómputo, logrando recabar el 71.82 por ciento de ellas en un lapso de 72 horas ininterrumpidas.
En las subsiguientes elecciones, este sistema se fue mejorando hasta desarrollarse un programa de cómputo especializado para la captura, procesamiento y exhibición de los primeros resultados registrados en cualquier contienda electoral a través de las páginas oficiales de los órganos electorales en la Internet.
Vale la pena recordar que el ahora tan cuestionado PREP nació con la intención de dar un adelanto del recuento de votos, nunca como un sustituto del cómputo final que debe realizar cada Consejo electoral.
Esto porque hoy en día, tras las votaciones del pasado 4 de julio, el perdedor de la contienda por la gubernatura, Miguel Ángel Yunes, ha alegado que la elección estuvo amañada, argumentando entre otras cosas, que el PREP presentó fallas y que presuntamente quedaron “volando” más de 600 mil votos.
Querer culpar de los resultados adversos a un sistema dedicado únicamente a dar avances y tendencias del voto, es sólo parte de una estrategia de descalificación muy calculada por el candidato perdedor para justificarse.
Por eso las descalificaciones sistemáticas, casi a diario, al trabajo del IEV, ataques dirigidos principalmente a sus consejeros, a sus contrincantes políticos y, pasado el proceso cuyos resultados no le favorecieron, a todos los que en él participaron.
Olvida el ex candidato panista al gobierno de Veracruz que en la organización y realización de la elección del 4 de julio participaron cerca de cien mil veracruzanos, que fungieron como funcionarios de casilla, capacitadores, representantes de partidos y de candidatos, además de observadores. Gracias a su trabajo, fue posible realizar los comicios. Si las irregularidades de las que habla hubiesen sido generalizadas, ese ejército de ciudadanos se habría encargado de denunciarlas.
Por si fuera poco, la diferencia de votos entre el candidato triunfador, Javier Duarte y él fue de 85 mil 575 votos, distancia que legitima de manera más que suficiente el triunfo del abanderado de la Coalición Veracruz para Adelante, virtual Gobernador electo. Si en 2006 Felipe Calderón ganó con apenas 0.57 décimas de punto sobre López Obrador en una elección más cuestionada, no hay razones para no reconocer el triunfo priísta que fue más claro.
No obstante, buscando atraer la atención de una ciudadanía que ya se hartó de las disputas electorales, tras una marcha de protesta convocada por el aspirante derrotado en Veracruz a una semana de la elección, el dirigente nacional del PAN César Nava dio declaraciones a diarios nacionales en las que se pronunció por buscar la anulación del resultado electoral de Veracruz: "Pediremos la reversión del resultado, de no concederse ésta, pediremos la anulación del proceso", expresó en entrevista a Reforma (12/0710).
Cae así el líder azul en una evidente contradicción, ¿para qué pedir que se revierta el resultado electoral si ellos han afirmado que les es favorable? Y todavía más: ¿por qué tendría que exigir la anulación total de una elección que supuestamente ganó su candidato? Como se ve, en sus propias declaraciones, Nava revela dos cosas: una, que no tiene buena comunicación con su candidato, el cual asegura que tuvo más votos que el ganador -cosa que por cierto no ha probado, ni podrá hacerlo-, y dos, que acepta implícitamente que perdieron la elección y van a recurrir a las instancias judiciales para intentar echarla abajo.
Dependerá ahora de la fundamentación que hagan de sus acusaciones y de la objetividad e imparcialidad de los tribunales para ratificar la victoria priísta o acceder a lo que luce como un capricho de los perdedores. Una muestra más de la falta de madurez y clase de muchos políticos, que sólo reconocen la democracia cuando ganan y la ponen en entredicho cuando les toca perder.
Por otra parte, al desconocer la validez y legalidad de los comicios, el PAN está desconociendo también los triunfos que legítimamente obtuvo en 52 municipios en los que triunfó, aliado con el PANAL y otros 37 en los que ganó solo. Eso sin mencionar los 10 distritos en los que ganaron sus candidatos a diputados.
La democratización de México debe pasar, necesariamente, por el fomento de una cultura democrática de todos, actores políticos, gobernantes y ciudadanos, pues no es admisible que se cuestione y descalifique toda elección por el simple hecho de haberla perdido.
Si queremos avanzar como sociedad democrática, debemos entender que en la democracia se gana y se pierde. Quienes hoy perdieron, en próximas elecciones pueden ganar, pues no hay derrotas eternas ni las preferencias ciudadanas son propiedad exclusiva de nadie, como algunos creen ilusamente.
Cuando entiendan eso los partidos políticos, se preocuparán más por presentar buenos candidatos, por hacer buenos gobiernos, por cumplir la palabra empeñada, responder a la confianza que el pueblo les otorgó y cultivarla todos los días, con hechos concretos y no solo con discursos.
martes, 6 de julio de 2010
Místicos y Terrenales
• Un PREP muy ineficiente
• Las incertidumbres de Proisi
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
El Programa de Resultados Electorales Preliminares implementado por el Instituto electoral Veracruzano, y que lleva la empresa Proisi, resultó muy deficiente. En lugar de dar la certidumbre que se supone debe proporcionar un conteo de este tipo, lo que hizo fue generar dudas e inconsistencias.
De hecho el PREP está mal desde su diseño de conteo y de presentación de los datos. El esquema que los directivos de Proisi le propusieron a los consejeros electorales y representantes de partido fue deficiente desde un principio y no aceptaron hacer cambios mayores, amparados en la protección que le dieron los consejeros electorales.
Una empresa de este tipo ya debe tener un esquema preparad con anticipación, pues es su principal herramienta de trabajo y es con lo que hace todos los conteos que se le encargan; no llega en cada estado a inventar un método nuevo.
Un ejemplo de la inseguridad que metió el PREP al proceso electoral, es el distrito de Temapache. En este momento, o más bien, ayer por la tarde, cuando se cerró el conteo de actas para ese distrito, el PREP menciona que se contabilizaron 284 casillas y con esos datos le concede la delantera al PAN, al contabilizar 38 mil 151 votos a su favor, mientras que al PRI se le suman 37 mil 577.
Así pues, aunque sean sólo 574 votos la diferencia, el triunfo sería panista, si este fuera realmente el conteo de la elección del distrito de Temapache. Pero no lo és.
Hay 29 actas que no fueron computadas. ¿Las causas?, 9 –según la leyenda del PREP- estaban “dentro del paquete”, pero de las otras 20 simplemente dice “no procesadas”, así pues las circunstancias reales al menos para mí son desconocidas.
Pero esas 29 actas son más del 10 por ciento del total de las que debieron contabilizarse. Es un número sustancial que puede provocar variaciones considerables en la tendencia ganadora. Por lo pronto estos números han generado una tensión fortísima en la zona de Temapache, donde panistas y priistas alegan ser poseedores del triunfo.
El PREP aquí no dio consistencia, si no por el contrario.
Pero eso sí, la empresa Proisi dice haber cumplido al 100 por ciento en ese distrito.
Además, las boletas traían el logotipo de los partidos, no de las coaliciones, pero si usted quiere saber cuántos votos tuvo cada partido, entonces váyase al detalle, precisamente donde se ve que hay 29 actas sin capturar, saque su calculadora y haga sus sumas, porque este dato está disperso, pero hasta donde van las actas el PAN tiene 36 mil 827 votos, mientras que el PRI 34 mil 343, porque además –y esto sólo como detalle- la coalición Veracruz para Adelante recibió más votos comunes, que la Viva Veracruz. Error de inducción, me imagino.
Pero bien, este ejemplo es sólo para referir porque existen candidatos y partidos que no reconocen los números (porque tampoco son resultados) publicados por Proisi.
Otro ejemplo, Cotaxtla, donde la delantera es para el PRI con una diferencia de 53 votos, al tener 3 mil 3873 frente a 3 mil 820, hay 6 actas sin contabilizar, en 29 casillas, pero igualmente Proisi dice tener ya el 100 por ciento de las actas contabilizadas; de las 6 actas que están sin sumar, 4 corresponden a que fueron puestas dentro del paquete, y 2 a las que únicamente fueron “no procesadas”. Hay un 20.68 por ciento de ineficiencia en este pequeño universo.
Así pues, ahí también tendrán que esperar al conteo que deberá realizarse, porque el PREP no sirvió para dar certidumbre.
El mismo conteo que ahora Carolina Gudiño anhela para decir que sí ganó, pero en el que Julio Saldaña está seguro que se ratificará el resultado a su favor, para proclamarse como alcalde electo de Veracruz.
De hecho, en la mayoría de los distritos y municipios se deberá esperar al conteo, porque no hay certeza en las tendencias que muestra Proisi, por sus deficiencias y lo cerrado de las votaciones.
Lo mismo ocurre en el caso de la elección gubernamental, por eso la gran diferencia entre las encuestas de salida y los conteos rápidos con los números que arrojó el PREP.
Ahora que si el PREP resulta ser correcto todas, absolutamente todas, las encuestadoras deberán revisar su metodología por los altísimos grados de inexactitud presentados. Entre los 14 puntos de diferencia que dieron las encuestadoras, a los 3 puntos que el PREP mostraba a las 6:26 de la tarde de este lunes, hay mucha diferencia.
Pero si los conteos muestran Proisi y su conteo son deficientes en alto grado, la empresa más que revisar sus métodos, debe comenzar por devolver el recurso que se le pagó, como reparación mínima del daño causado.
A esa hora Proisi decía tener capturadas 9 mil 427 actas, de las 9827 casillas instaladas, es decir le faltaban 400. Con esa cantidad la tendencia debería ser casi absoluta, esto es, que sus números deberían estar muy cerca de lo que será el conteo final. Pero las posibilidades de que estos varíen con muy amplias, porque también están las que dicen haber capturado y no fueron realmente contabilizadas.
Con ese número de actas Proisi contabilizaba 2 millones 536 mil 99 votos, lo que representaba un 46.04 por ciento de participación ciudadana, cantidad muy lejana también de los cálculos presentados por las encuestadoras.
Pues las sumas de Proisi correspondían a 1 millón 29 mil 839 votos para Miguel Angel Yunes, con el 40.6 por ciento del total, mientras que para Javier Duarte los números eran de 1 millón 102 mil 572 tantos, correspondientes a un 43.47 por ciento, en tanto que para Dante Delgado eran de 335 mil 90 votos, con un 13.21 por ciento; el 2.72 por ciento restante fue para candidatos no registrados y en votos nulos.
Así pues, lo que sigue son los conteos.
Ni modo. O más bien, algo se tiene que hacer porque no debe permitirse que tanto dinero pagado a Proisi se vaya por el caño.
• Las incertidumbres de Proisi
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
El Programa de Resultados Electorales Preliminares implementado por el Instituto electoral Veracruzano, y que lleva la empresa Proisi, resultó muy deficiente. En lugar de dar la certidumbre que se supone debe proporcionar un conteo de este tipo, lo que hizo fue generar dudas e inconsistencias.
De hecho el PREP está mal desde su diseño de conteo y de presentación de los datos. El esquema que los directivos de Proisi le propusieron a los consejeros electorales y representantes de partido fue deficiente desde un principio y no aceptaron hacer cambios mayores, amparados en la protección que le dieron los consejeros electorales.
Una empresa de este tipo ya debe tener un esquema preparad con anticipación, pues es su principal herramienta de trabajo y es con lo que hace todos los conteos que se le encargan; no llega en cada estado a inventar un método nuevo.
Un ejemplo de la inseguridad que metió el PREP al proceso electoral, es el distrito de Temapache. En este momento, o más bien, ayer por la tarde, cuando se cerró el conteo de actas para ese distrito, el PREP menciona que se contabilizaron 284 casillas y con esos datos le concede la delantera al PAN, al contabilizar 38 mil 151 votos a su favor, mientras que al PRI se le suman 37 mil 577.
Así pues, aunque sean sólo 574 votos la diferencia, el triunfo sería panista, si este fuera realmente el conteo de la elección del distrito de Temapache. Pero no lo és.
Hay 29 actas que no fueron computadas. ¿Las causas?, 9 –según la leyenda del PREP- estaban “dentro del paquete”, pero de las otras 20 simplemente dice “no procesadas”, así pues las circunstancias reales al menos para mí son desconocidas.
Pero esas 29 actas son más del 10 por ciento del total de las que debieron contabilizarse. Es un número sustancial que puede provocar variaciones considerables en la tendencia ganadora. Por lo pronto estos números han generado una tensión fortísima en la zona de Temapache, donde panistas y priistas alegan ser poseedores del triunfo.
El PREP aquí no dio consistencia, si no por el contrario.
Pero eso sí, la empresa Proisi dice haber cumplido al 100 por ciento en ese distrito.
Además, las boletas traían el logotipo de los partidos, no de las coaliciones, pero si usted quiere saber cuántos votos tuvo cada partido, entonces váyase al detalle, precisamente donde se ve que hay 29 actas sin capturar, saque su calculadora y haga sus sumas, porque este dato está disperso, pero hasta donde van las actas el PAN tiene 36 mil 827 votos, mientras que el PRI 34 mil 343, porque además –y esto sólo como detalle- la coalición Veracruz para Adelante recibió más votos comunes, que la Viva Veracruz. Error de inducción, me imagino.
Pero bien, este ejemplo es sólo para referir porque existen candidatos y partidos que no reconocen los números (porque tampoco son resultados) publicados por Proisi.
Otro ejemplo, Cotaxtla, donde la delantera es para el PRI con una diferencia de 53 votos, al tener 3 mil 3873 frente a 3 mil 820, hay 6 actas sin contabilizar, en 29 casillas, pero igualmente Proisi dice tener ya el 100 por ciento de las actas contabilizadas; de las 6 actas que están sin sumar, 4 corresponden a que fueron puestas dentro del paquete, y 2 a las que únicamente fueron “no procesadas”. Hay un 20.68 por ciento de ineficiencia en este pequeño universo.
Así pues, ahí también tendrán que esperar al conteo que deberá realizarse, porque el PREP no sirvió para dar certidumbre.
El mismo conteo que ahora Carolina Gudiño anhela para decir que sí ganó, pero en el que Julio Saldaña está seguro que se ratificará el resultado a su favor, para proclamarse como alcalde electo de Veracruz.
De hecho, en la mayoría de los distritos y municipios se deberá esperar al conteo, porque no hay certeza en las tendencias que muestra Proisi, por sus deficiencias y lo cerrado de las votaciones.
Lo mismo ocurre en el caso de la elección gubernamental, por eso la gran diferencia entre las encuestas de salida y los conteos rápidos con los números que arrojó el PREP.
Ahora que si el PREP resulta ser correcto todas, absolutamente todas, las encuestadoras deberán revisar su metodología por los altísimos grados de inexactitud presentados. Entre los 14 puntos de diferencia que dieron las encuestadoras, a los 3 puntos que el PREP mostraba a las 6:26 de la tarde de este lunes, hay mucha diferencia.
Pero si los conteos muestran Proisi y su conteo son deficientes en alto grado, la empresa más que revisar sus métodos, debe comenzar por devolver el recurso que se le pagó, como reparación mínima del daño causado.
A esa hora Proisi decía tener capturadas 9 mil 427 actas, de las 9827 casillas instaladas, es decir le faltaban 400. Con esa cantidad la tendencia debería ser casi absoluta, esto es, que sus números deberían estar muy cerca de lo que será el conteo final. Pero las posibilidades de que estos varíen con muy amplias, porque también están las que dicen haber capturado y no fueron realmente contabilizadas.
Con ese número de actas Proisi contabilizaba 2 millones 536 mil 99 votos, lo que representaba un 46.04 por ciento de participación ciudadana, cantidad muy lejana también de los cálculos presentados por las encuestadoras.
Pues las sumas de Proisi correspondían a 1 millón 29 mil 839 votos para Miguel Angel Yunes, con el 40.6 por ciento del total, mientras que para Javier Duarte los números eran de 1 millón 102 mil 572 tantos, correspondientes a un 43.47 por ciento, en tanto que para Dante Delgado eran de 335 mil 90 votos, con un 13.21 por ciento; el 2.72 por ciento restante fue para candidatos no registrados y en votos nulos.
Así pues, lo que sigue son los conteos.
Ni modo. O más bien, algo se tiene que hacer porque no debe permitirse que tanto dinero pagado a Proisi se vaya por el caño.
jueves, 20 de mayo de 2010
Nostalgia por jugar
El Dianche
Guillermo Manzano
¿Dónde quedó el balero?, y el yo-yo, el taca-taca (pac-pac, le decían en algunos lados), las canicas, el trompo, la serpientes y escaleras, la oca y demás juegos que antaño era parte de nuestra vida. Estos juegos estimulaban la psicomotricidad fina y gruesa, nos daba precisión en tiempo-espacio y eran parte fundamental en el desarrollo infantil. O qué, ¿cree que hacer una secuencia de capiruchos o darle a una caniquita a 30 centímetros o más de distancia era cualquier cosa? Había concursos de destreza con el yo-yo que se transmitían por televisión. Verdaderos maestros del manejo del cordón nos deleitaban con figuras: el columpio, el perrito, la vuelta al mundo y tantas y tantas que motivaban a imitar a esas personas que, en blanco y negro, mostraban su habilidad. Eran los tiempos de ‘Siempre en domingo’, de ‘México, magia y encuentro’, de ‘caramba Doña Leonor, cómo se le nota ‘, de Cepillín y Mundo de Juguete.
Con los juegos de mesa aprendíamos a contar, a dar una secuencia en el pensamiento lógico-matemático, a saber que tres va antes que cuatro y después que dos. A subir y bajar, a contar los puntos de los dados antes que el contrario para adelantar –en el pensamiento- dónde va a terminar su ficha.
Y que decir de aquellos juegos de fuerza y destreza que se practicaba en la escuela. La burra tamalera y los caballazos estimulaban nuestra creatividad para diseñar en conjunto la mejor estrategia para vencer al resto de los participantes: cómo entrarle, dónde jalarlos, cómo pararse para aguantar el golpe, cómo moverse para tirar a los contrarios, en fin, nada se dejaba de lado porque hacerlo implicaba la derrota; y eso sí calentaba.
Por supuesto que también practicabamos juegos de cierta iniciación con el sexo opuesto: las cebollitas. Era los pininos en tomar por la cintura a la niña-joven para jalarla y desprenderla ‘del racimo’. Si se lograba uno se quedaba con ella y era nuestra aliada para jalar a la que sigue.
Por las noches, se jugaban a las escondidas o can-can. Perderse de la vista de los demás y dar un beso fugaz, casi imperceptible, con nervios y temor, con ganas de ser correspondido aunque no se supiera para qué quería uno la correspondencia, pura intuición. Por supuesto que si había ‘un apagón’, salíamos a jugar. Había tranquilidad en las calles y los padres confiaban en uno. Si llovía por la noche, se narraban cuentos de terror, que ahora, a los años, son más candorosos que nuestra cotidianeidad del Siglo XXI.
Hoy ya no es ayer. Cierto. Los niños se entretienen de otra forma y manera. Pegados en un monitor ven pasar sus tardes. Conectados a internet bajan juegos para mostrarse ante el mundo que son los mejores. En la televisión hay canales especializados para el gusto de cada quién. Ahora se tiene un televisor en cada recamara y los padres están separados de los hijos y ellos de sus hermanos.
Ahora tenemos problemas serios de salud pública por la obesidad infantil. Porque los niños no pueden salir a la calle so riesgo de que sean atropellados, se los roben, se encuentren en un ‘fuego cruzado’ y pasen a ser estadísticas del daño colateral. Ahora no hay cebollitas, porque darle click al teclado nos abre un mundo de opciones de páginas pornográficas. Pasado no es presente. Cierto, pero qué ganas de volver a vivir en tranquilidad y paz, sólo eso, ¡qué ganas de hacerlo!
Guillermo Manzano

Con los juegos de mesa aprendíamos a contar, a dar una secuencia en el pensamiento lógico-matemático, a saber que tres va antes que cuatro y después que dos. A subir y bajar, a contar los puntos de los dados antes que el contrario para adelantar –en el pensamiento- dónde va a terminar su ficha.
Y que decir de aquellos juegos de fuerza y destreza que se practicaba en la escuela. La burra tamalera y los caballazos estimulaban nuestra creatividad para diseñar en conjunto la mejor estrategia para vencer al resto de los participantes: cómo entrarle, dónde jalarlos, cómo pararse para aguantar el golpe, cómo moverse para tirar a los contrarios, en fin, nada se dejaba de lado porque hacerlo implicaba la derrota; y eso sí calentaba.
Por supuesto que también practicabamos juegos de cierta iniciación con el sexo opuesto: las cebollitas. Era los pininos en tomar por la cintura a la niña-joven para jalarla y desprenderla ‘del racimo’. Si se lograba uno se quedaba con ella y era nuestra aliada para jalar a la que sigue.
Por las noches, se jugaban a las escondidas o can-can. Perderse de la vista de los demás y dar un beso fugaz, casi imperceptible, con nervios y temor, con ganas de ser correspondido aunque no se supiera para qué quería uno la correspondencia, pura intuición. Por supuesto que si había ‘un apagón’, salíamos a jugar. Había tranquilidad en las calles y los padres confiaban en uno. Si llovía por la noche, se narraban cuentos de terror, que ahora, a los años, son más candorosos que nuestra cotidianeidad del Siglo XXI.
Hoy ya no es ayer. Cierto. Los niños se entretienen de otra forma y manera. Pegados en un monitor ven pasar sus tardes. Conectados a internet bajan juegos para mostrarse ante el mundo que son los mejores. En la televisión hay canales especializados para el gusto de cada quién. Ahora se tiene un televisor en cada recamara y los padres están separados de los hijos y ellos de sus hermanos.
Ahora tenemos problemas serios de salud pública por la obesidad infantil. Porque los niños no pueden salir a la calle so riesgo de que sean atropellados, se los roben, se encuentren en un ‘fuego cruzado’ y pasen a ser estadísticas del daño colateral. Ahora no hay cebollitas, porque darle click al teclado nos abre un mundo de opciones de páginas pornográficas. Pasado no es presente. Cierto, pero qué ganas de volver a vivir en tranquilidad y paz, sólo eso, ¡qué ganas de hacerlo!
martes, 18 de mayo de 2010
¿Para qué sirven los militares en el 2010?
José Luis Camba Arriola
México, D. F.
México, D. F.
La verdad es que para lo mismo que en 1810 y en 1910 respectivamente. Centenar y bicentenar de ocasiones lo confirman.
Las personas se están acostumbrando tanto al absurdo de que los militares se ocupen de cuestiones civiles que los políticos (al fin personas también, un poco extrañas, pero personas) buscan la manera de legalizarlo con el aplauso generalizado de los comunicadores. Nos dicen que para proteger los derechos fundamentales y castigar a los miembros de las fuerzas armadas que los violen.
Por su parte, algunos militares (también personas, menos extrañas que los políticos, pero también extrañas) han propuesto que mejor los dejen trabajar con más holgura y reduzcan un poquito los derechos fundamentales, mientras acaban con tanto delincuente de ambos fueros. Postura a la que los comunicadores, lógicamente se oponen, pues están de acuerdo con la de que se mantengan los derechos y se castiguen los abusos.
Por último, estamos algunos otros que consideramos que ambos están equivocados pues parten de un punto de vista común, erróneo de origen. A saber, que los militares deben combatir al “Crimen Organizado” (a mí me parece que tanto matadero parece harto desorganizado).
Volvamos un momento a los orígenes. Seamos prácticos, teoricemos:
“Artículo 129.- En tiempo de paz ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar.”
No deja lugar a dudas: en tiempo de paz, los militares solamente pueden dedicarse a cuestiones relacionadas con su disciplina. Ahora bien, que yo sepa, y aunque a veces parezca lo contrario, vivimos tiempos de paz. Entonces, si esto es así, las fuerzas armadas se encuentran imposibilitadas, constitucionalmente, para tomar el control de asentamiento humano alguno, sin importar el número de asesinatos que se cometan en éstos, los quilos de droga que se merquen o la cantidad de dinero que se lave, riegue o reparta..
Y es que en 1917, cuando se redactó nuestra Constitución, los autores ni siquiera tuvieron que discutir las funciones de los militares. Lo tenían muy claro, sobre todo porque la Carta Magna que se estaba reescribiendo marcaba el fin de la más grave guerra popular que México hubiese vivido hasta entonces. El papel de los militares en tiempos de paz no debía interferir, bajo ningún pretexto, con la vida civil. Demasiados ejemplos de ello nos había dejado la historia de la política decimonónica. El riesgo de que el mayor monopolio de fuerza del Estado se corrompiera con tentaciones de poder tenía que ser suprimido. La sociedad debía resolver sus conflictos con medios civiles. El papel de los militares debía circunscribirse a inhibir, con su existencia y continua profesionalización, las amenazas a la soberanía. Sólo en esos casos debía actuar con toda la autoridad que le confería su papel constitucional. Las fuerzas armadas de nuestro país no debían sobajarse dedicándolas, tampoco, a funciones menores. La defensa a la soberanía es lo que, como también hoy, justificaba e informaba su existencia. A ese fin, que en última instancia nadie más puede proteger, debía dedicar sus recursos. A prepararse para estar en condiciones de combatir a quienes, con medios violentos, amenazaren el orden constitucional. Para ninguna otra cosa.
Pero tan claro estaba para los constituyentes de 1917 que el 25 de enero de ese mismo año, después de haber tomado al pie de la letra, el contenido del artículo 128 de la Constitución de 1857, aprobaron, sin discusión alguna, la inclusión de este artículo en nuestra Carta Magna vigente bajo el número 129.
Claro que algunos dirán, que la previsión constitucional que acabamos de comentar, se refiere a que los militares no ocupen cargos civiles simultáneamente. Pues no. Este precepto se especifica, a lo largo de toda la Constitución, cuando se hace referencia a los impedimentos para ocupar el amplio catálogo de cargos públicos con que cuenta el Estado.
Pero eso no es todo, para que no cupiera la duda, el artículo 89 constitucional le informa al Presidente de la República del destino único del trabajo de los militares. Veamos lo que dice:
“Artículo 89.- Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes:
I. …;
VI. Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación;”
Aclaremos: “Preservar la seguridad nacional,” o sea, “la seguridad interior y” la “defensa exterior de la Federación”. En una palabra: soberanía. Ahora, hasta donde yo me quedé, los asesinatos de inocentes o de delincuentes: de la naturaleza que sean, no implican una amenaza exterior alguna ni tampoco una cuestión de seguridad interior. Una revuelta, un levantamiento armado de insurgentes, como el del EZLN; o una declaración de guerra de una entidad federativa a otra sí son asuntos de seguridad interior y tal como lo manda este artículo de la Constitución, requieren de la intervención del ejército para preservar la seguridad nacional. Los asesinatos o el tráfico de estupefacientes, no.
Como, en mi opinión, tampoco la custodia y traslado de boletas electorales, o los desastres naturales son causales de intervención militar. No, las fuerzas armadas no deben dedicarse a estos asuntos. Ya contamos con nefastas experiencias de corrupción que bajo el pretexto del combate al narcotráfico, han manchando el nombre de las instituciones militares antecalderonianas. Estas tareas no son propias de militares. Ningún país civilizado se las asigna. Tampoco debíamos hacerlo nosotros. La incapacidad de los funcionarios civiles para realizar sus tareas no justifica la intervención militar; lo único que hace es poner en evidencia esa incapacidad.
Por ello sostengo que los militares sirven para resguardar las soberanías. Para ninguna otra cosa. Deben concentrarse en ello y en nada más. Recordemos que por alguna razón, nos guste o no, históricamente, el ejército oficial mexicano nunca ha ganado una guerra. Las ha perdido todas. Desde la Conquista española hasta la Revolución Mexicana, pasando por la Independencia, los ejércitos oficiales del poder en México, han perdido todas las guerras. Que no nos vuelva a pasar.
Recuerdo que hace algunos años, ante estos argumentos, un General del Ejército, tratando de justificar la presencia militar por sustitución de la corrupción policíaca me preguntó enérgicamente (militar, claro está) “¿para los ciudadanos, cuál es la institución más honorable del país?”: a lo que contesté: “los bomberos”. Y claro que eso no justifica que los pongamos a combatir narcos o asesinos.
Entonces, tal como le aclaré al General, lo sostengo ahora: si en opinión de quienes mandan o deciden, los militares están ocupando espacios civiles por ser imposible confiar en las policías; dos son las soluciones: primero, destituir a todos los policías (sino es una doble pelea: contra los delincuentes y contra los delincuentes policiales); segundo, dar de baja a la mitad de los “efectivos” de las fuerzas armadas (alrededor de 150,000 ciudadanos) y recibirlos con los brazos abiertos (rango, mando y antigüedad incluidos) como nuevos miembros sustitutos de los policías corruptos.
De ese modo, se lograría mantener intachable la reputación de los militares. Lo demás seguiría igual, pero los militares estarían mejor y los derechos humanos serían violados por individuos sujetos a las leyes y códigos de los fueros común y federal. Sin regímenes especiales.
Insisto que tampoco solucionaría el problema original, pero lo que están haciendo ahora y lo que pretenden hacer, tampoco.
Por eso, señores políticos, dejen que las fuerzas armadas se dediquen a lo suyo y ustedes dedíquense a lo que les toca. Si no pueden: simplemente renuncien, pero mientras tanto, procuren respetar la Constitución o aún mejor, los principios que la informan.
joseluis@camba.ws
P.D.: Gran parte de este artículo fue plagiado de otro mío publicado en el periódico “La Crisis” el 10 de enero del 2005. Otro contexto, mismos argumentos: propios y ajenos.
Las personas se están acostumbrando tanto al absurdo de que los militares se ocupen de cuestiones civiles que los políticos (al fin personas también, un poco extrañas, pero personas) buscan la manera de legalizarlo con el aplauso generalizado de los comunicadores. Nos dicen que para proteger los derechos fundamentales y castigar a los miembros de las fuerzas armadas que los violen.
Por su parte, algunos militares (también personas, menos extrañas que los políticos, pero también extrañas) han propuesto que mejor los dejen trabajar con más holgura y reduzcan un poquito los derechos fundamentales, mientras acaban con tanto delincuente de ambos fueros. Postura a la que los comunicadores, lógicamente se oponen, pues están de acuerdo con la de que se mantengan los derechos y se castiguen los abusos.
Por último, estamos algunos otros que consideramos que ambos están equivocados pues parten de un punto de vista común, erróneo de origen. A saber, que los militares deben combatir al “Crimen Organizado” (a mí me parece que tanto matadero parece harto desorganizado).
Volvamos un momento a los orígenes. Seamos prácticos, teoricemos:
“Artículo 129.- En tiempo de paz ninguna autoridad militar puede ejercer más funciones que las que tengan exacta conexión con la disciplina militar.”
No deja lugar a dudas: en tiempo de paz, los militares solamente pueden dedicarse a cuestiones relacionadas con su disciplina. Ahora bien, que yo sepa, y aunque a veces parezca lo contrario, vivimos tiempos de paz. Entonces, si esto es así, las fuerzas armadas se encuentran imposibilitadas, constitucionalmente, para tomar el control de asentamiento humano alguno, sin importar el número de asesinatos que se cometan en éstos, los quilos de droga que se merquen o la cantidad de dinero que se lave, riegue o reparta..
Y es que en 1917, cuando se redactó nuestra Constitución, los autores ni siquiera tuvieron que discutir las funciones de los militares. Lo tenían muy claro, sobre todo porque la Carta Magna que se estaba reescribiendo marcaba el fin de la más grave guerra popular que México hubiese vivido hasta entonces. El papel de los militares en tiempos de paz no debía interferir, bajo ningún pretexto, con la vida civil. Demasiados ejemplos de ello nos había dejado la historia de la política decimonónica. El riesgo de que el mayor monopolio de fuerza del Estado se corrompiera con tentaciones de poder tenía que ser suprimido. La sociedad debía resolver sus conflictos con medios civiles. El papel de los militares debía circunscribirse a inhibir, con su existencia y continua profesionalización, las amenazas a la soberanía. Sólo en esos casos debía actuar con toda la autoridad que le confería su papel constitucional. Las fuerzas armadas de nuestro país no debían sobajarse dedicándolas, tampoco, a funciones menores. La defensa a la soberanía es lo que, como también hoy, justificaba e informaba su existencia. A ese fin, que en última instancia nadie más puede proteger, debía dedicar sus recursos. A prepararse para estar en condiciones de combatir a quienes, con medios violentos, amenazaren el orden constitucional. Para ninguna otra cosa.
Pero tan claro estaba para los constituyentes de 1917 que el 25 de enero de ese mismo año, después de haber tomado al pie de la letra, el contenido del artículo 128 de la Constitución de 1857, aprobaron, sin discusión alguna, la inclusión de este artículo en nuestra Carta Magna vigente bajo el número 129.
Claro que algunos dirán, que la previsión constitucional que acabamos de comentar, se refiere a que los militares no ocupen cargos civiles simultáneamente. Pues no. Este precepto se especifica, a lo largo de toda la Constitución, cuando se hace referencia a los impedimentos para ocupar el amplio catálogo de cargos públicos con que cuenta el Estado.
Pero eso no es todo, para que no cupiera la duda, el artículo 89 constitucional le informa al Presidente de la República del destino único del trabajo de los militares. Veamos lo que dice:
“Artículo 89.- Las facultades y obligaciones del Presidente son las siguientes:
I. …;
VI. Preservar la seguridad nacional, en los términos de la ley respectiva, y disponer de la totalidad de la Fuerza Armada permanente o sea del Ejército, de la Armada y de la Fuerza Aérea para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación;”
Aclaremos: “Preservar la seguridad nacional,” o sea, “la seguridad interior y” la “defensa exterior de la Federación”. En una palabra: soberanía. Ahora, hasta donde yo me quedé, los asesinatos de inocentes o de delincuentes: de la naturaleza que sean, no implican una amenaza exterior alguna ni tampoco una cuestión de seguridad interior. Una revuelta, un levantamiento armado de insurgentes, como el del EZLN; o una declaración de guerra de una entidad federativa a otra sí son asuntos de seguridad interior y tal como lo manda este artículo de la Constitución, requieren de la intervención del ejército para preservar la seguridad nacional. Los asesinatos o el tráfico de estupefacientes, no.
Como, en mi opinión, tampoco la custodia y traslado de boletas electorales, o los desastres naturales son causales de intervención militar. No, las fuerzas armadas no deben dedicarse a estos asuntos. Ya contamos con nefastas experiencias de corrupción que bajo el pretexto del combate al narcotráfico, han manchando el nombre de las instituciones militares antecalderonianas. Estas tareas no son propias de militares. Ningún país civilizado se las asigna. Tampoco debíamos hacerlo nosotros. La incapacidad de los funcionarios civiles para realizar sus tareas no justifica la intervención militar; lo único que hace es poner en evidencia esa incapacidad.
Por ello sostengo que los militares sirven para resguardar las soberanías. Para ninguna otra cosa. Deben concentrarse en ello y en nada más. Recordemos que por alguna razón, nos guste o no, históricamente, el ejército oficial mexicano nunca ha ganado una guerra. Las ha perdido todas. Desde la Conquista española hasta la Revolución Mexicana, pasando por la Independencia, los ejércitos oficiales del poder en México, han perdido todas las guerras. Que no nos vuelva a pasar.
Recuerdo que hace algunos años, ante estos argumentos, un General del Ejército, tratando de justificar la presencia militar por sustitución de la corrupción policíaca me preguntó enérgicamente (militar, claro está) “¿para los ciudadanos, cuál es la institución más honorable del país?”: a lo que contesté: “los bomberos”. Y claro que eso no justifica que los pongamos a combatir narcos o asesinos.
Entonces, tal como le aclaré al General, lo sostengo ahora: si en opinión de quienes mandan o deciden, los militares están ocupando espacios civiles por ser imposible confiar en las policías; dos son las soluciones: primero, destituir a todos los policías (sino es una doble pelea: contra los delincuentes y contra los delincuentes policiales); segundo, dar de baja a la mitad de los “efectivos” de las fuerzas armadas (alrededor de 150,000 ciudadanos) y recibirlos con los brazos abiertos (rango, mando y antigüedad incluidos) como nuevos miembros sustitutos de los policías corruptos.
De ese modo, se lograría mantener intachable la reputación de los militares. Lo demás seguiría igual, pero los militares estarían mejor y los derechos humanos serían violados por individuos sujetos a las leyes y códigos de los fueros común y federal. Sin regímenes especiales.
Insisto que tampoco solucionaría el problema original, pero lo que están haciendo ahora y lo que pretenden hacer, tampoco.
Por eso, señores políticos, dejen que las fuerzas armadas se dediquen a lo suyo y ustedes dedíquense a lo que les toca. Si no pueden: simplemente renuncien, pero mientras tanto, procuren respetar la Constitución o aún mejor, los principios que la informan.
joseluis@camba.ws
P.D.: Gran parte de este artículo fue plagiado de otro mío publicado en el periódico “La Crisis” el 10 de enero del 2005. Otro contexto, mismos argumentos: propios y ajenos.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Propagare *
* Las encuestas dicen…
* Desconfianza hacia el IEV
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
* Desconfianza hacia el IEV
Marco Antonio Aguirre Rodríguez
La encuesta difundida por El Universal muestra una tendencia a favor del PRI para la próxima elección bastante alta.
Si la elección hubiera sido ya, al aspirante que va por la Coalición Viva Veracruz, del PAN-Panal, Miguel Angel Yunes Linares, le hubiese tocado un 23 por ciento de la tendencia electoral, mientras a Dante Delgado Rannauro y la ya casi conformada Coalición para Cambiar Veracruz, con el PRD, PT y Convergencia, le hubiese correspondido un 9 por ciento, y al posible abanderado del PRI-PVEM-PRV, Javier Duarte de Ochoa, le habría tocado un 42 por ciento.
Pero lo más llamativo es que los resultados que maneja la encuesta de El Universal son bastante parecidos a los que proporcionó el periódico Milenio hace casi un mes, el 12 de abril, con la diferencia de el porcentaje es ligeramente menor para el PRI en la de El Universal, e igualmente ligeramente mayor para el Pan, pero sustancialmente más consistente para Dante Delgado.
Un comentario al margen sobre este punto, los convergentes y en particular los estrategas electorales de Dante Delgado sustentan en mucho su incremento del voto en irse quedando con electores desencantados del PAN y del PRI.
Lo más interesante es que ambas encuestas siguen procedimientos metodológicos distintos, según las preguntas que muestran cada una.
Pero aún en la parte sustancial las coincidencias se mantienen, como en la pregunta de la seguridad de mantener su voto para las elecciones: con El Universal, el 51 por ciento dijo tener ya una tendencia firme, mientras que en Milenio fue de un 53 por ciento.
Aún así todavía podría haber cambios. De hecho existen múltiples casos donde las tendencias se han revertido por situaciones fortuitas o por campañas mal llevadas.
En lo que sí muestran diferencias las encuestas, en los puntos que tienen en común, es en el resultado de simpatía o cercanía partidista, pues mientras la elaborada por El Universal refiere que un 61 por ciento se dijo independiente, en la de Milenio los que se declararon sin cercanía partidista fueron un 31 por ciento. Por lo mismo los porcentajes de identidad partidista son diferentes, pero en ambos levantamientos muestrales aparece el PRI como el partido con mayor simpatía o cercanía, seguido del PAN, y luego el PRD.
La encuesta de El Universal incluye el apartado de medición de aprobación del gobierno de Fidel Herrera Beltrán por parte de los ciudadanos, la cual se da en un 81 por ciento, mientras que hacia Felipe Calderón Hinojosa y su gestión como Presidente de la República recibe una aprobación del 62 por ciento. En la calificación a cada uno de estos mandatarios, igualmente es mayor la que obtiene el Gobernador Fidel Herrera, con un 7.82, mientras que al Presidente Felipe Calderón, le toca un 7.14.
Las encuestas también tienen otro punto de coincidencia: la poca credibilidad que tiene el Instituto Electoral Veracruzano, la cual es así de alta por los actos en que han incurrido quienes llevan la institución, los cuales han proyectado hacia el exterior divisionismo, desconocimiento y falta de sensibilidad, principalmente.
Los números de El Universal mencionan que un 44 por ciento considera que los resultados que difunda el Instituto Electoral Veracruzano, no serán confiables. La encuesta de Milenio proyectaba que un 46.4 por ciento de los interrogados mencionaron que el IEV le inspiraba poca o ninguna confianza.
Para un órgano electoral estas cifras son demoledoras, porque en mucho su esencia está en la confianza que le inspire a la ciudadanía y la gobernabilidad consecuente que apoye.
El IEV, pues, debe reconfigurarse de inmediato.
La propaganda es lo que se dice, pero también lo que se calla.
En la construcción de la imagen pública entra tanto lo que se difunde como lo que se oculta.
Y esto vale tanto para los candidatos como para las instituciones y entidades de cualquier tipo
* Esta columna tendrá como principal referencia el análisis de la propaganda política.
Si la elección hubiera sido ya, al aspirante que va por la Coalición Viva Veracruz, del PAN-Panal, Miguel Angel Yunes Linares, le hubiese tocado un 23 por ciento de la tendencia electoral, mientras a Dante Delgado Rannauro y la ya casi conformada Coalición para Cambiar Veracruz, con el PRD, PT y Convergencia, le hubiese correspondido un 9 por ciento, y al posible abanderado del PRI-PVEM-PRV, Javier Duarte de Ochoa, le habría tocado un 42 por ciento.
Pero lo más llamativo es que los resultados que maneja la encuesta de El Universal son bastante parecidos a los que proporcionó el periódico Milenio hace casi un mes, el 12 de abril, con la diferencia de el porcentaje es ligeramente menor para el PRI en la de El Universal, e igualmente ligeramente mayor para el Pan, pero sustancialmente más consistente para Dante Delgado.
Un comentario al margen sobre este punto, los convergentes y en particular los estrategas electorales de Dante Delgado sustentan en mucho su incremento del voto en irse quedando con electores desencantados del PAN y del PRI.
Lo más interesante es que ambas encuestas siguen procedimientos metodológicos distintos, según las preguntas que muestran cada una.
Pero aún en la parte sustancial las coincidencias se mantienen, como en la pregunta de la seguridad de mantener su voto para las elecciones: con El Universal, el 51 por ciento dijo tener ya una tendencia firme, mientras que en Milenio fue de un 53 por ciento.
Aún así todavía podría haber cambios. De hecho existen múltiples casos donde las tendencias se han revertido por situaciones fortuitas o por campañas mal llevadas.
En lo que sí muestran diferencias las encuestas, en los puntos que tienen en común, es en el resultado de simpatía o cercanía partidista, pues mientras la elaborada por El Universal refiere que un 61 por ciento se dijo independiente, en la de Milenio los que se declararon sin cercanía partidista fueron un 31 por ciento. Por lo mismo los porcentajes de identidad partidista son diferentes, pero en ambos levantamientos muestrales aparece el PRI como el partido con mayor simpatía o cercanía, seguido del PAN, y luego el PRD.
La encuesta de El Universal incluye el apartado de medición de aprobación del gobierno de Fidel Herrera Beltrán por parte de los ciudadanos, la cual se da en un 81 por ciento, mientras que hacia Felipe Calderón Hinojosa y su gestión como Presidente de la República recibe una aprobación del 62 por ciento. En la calificación a cada uno de estos mandatarios, igualmente es mayor la que obtiene el Gobernador Fidel Herrera, con un 7.82, mientras que al Presidente Felipe Calderón, le toca un 7.14.
Las encuestas también tienen otro punto de coincidencia: la poca credibilidad que tiene el Instituto Electoral Veracruzano, la cual es así de alta por los actos en que han incurrido quienes llevan la institución, los cuales han proyectado hacia el exterior divisionismo, desconocimiento y falta de sensibilidad, principalmente.
Los números de El Universal mencionan que un 44 por ciento considera que los resultados que difunda el Instituto Electoral Veracruzano, no serán confiables. La encuesta de Milenio proyectaba que un 46.4 por ciento de los interrogados mencionaron que el IEV le inspiraba poca o ninguna confianza.
Para un órgano electoral estas cifras son demoledoras, porque en mucho su esencia está en la confianza que le inspire a la ciudadanía y la gobernabilidad consecuente que apoye.
El IEV, pues, debe reconfigurarse de inmediato.
La propaganda es lo que se dice, pero también lo que se calla.
En la construcción de la imagen pública entra tanto lo que se difunde como lo que se oculta.
Y esto vale tanto para los candidatos como para las instituciones y entidades de cualquier tipo
* Esta columna tendrá como principal referencia el análisis de la propaganda política.
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