Miradas de reportero
Rogelio Hernández López
Conozco cientos de colegas en todo el país que en 2016 seguirán buscando un modelo de empresa para hacer buen periodismo con autonomía económica. Principalmente para ellas y ellos comparto una mala noticia y una buena que encontré, quizá un poco retrasado, en un muy recomendable libro que Notimex editó para la orientación de periodistas de México y el mundo.
La agencia de noticias del Estado Mexicano editó en una sola obra, gran parte del intercambio y discusión que tuvieron en México, los directivos principales de tres de las agencias más desarrolladas y prototípicas en el mundo: AP, EFE y Xinhua.
En ese seminario participó Notimex y el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Gran parte de sus preocupaciones como periodistas, muy actuales, se insertaron en el libro: Las agencias de noticias en la era digital.
Para quienes no lo sepan, el 80% de la información que se difunde a escala global, en todos los periódicos y medios es suministrada por las agencias de noticias en conjunto. En esa visión global radica la importancia de este seminario.
LA MALA
De las 187 páginas del libro yo entresaco la mala noticia para periodistas preocupados por mejorar su profesión (y que solo confirma lo que ya se ha dicho en otros foros similares, por ejemplo la de editores de periódicos digitales realizada en noviembre en el DF) que todavía no se encuentra un modelo periodístico de negocios ante la caída de muchos paradigmas que provocó la revolución electrónica y digital.
Entre la riqueza del intercambio, de las interpretaciones del momento que vive el periodismo mundialmente, de las discrepancias reflejadas en la obra, también quedan muy claros los consensos: La era digital produjo cambios vertiginosos y de fondo en la industria de la información y estos aún no terminan; los retos para quienes hacen periodismo son de cuatro tipos:
El reto de adoptar y adaptar el inagotable surgimiento de recursos tecnológicos para difusión oportuna de productos periodísticos;
El reto del desarrollo del concepto multiplataforma para llegar a más audiencias o públicos con rapidez;
El reto de la reestructuración de los mercados de la información, tanto global, como regionales y por país;
El reto --y quizá este sea el principal--, de la generación y presentación de contenidos competitivos. Contenidos periodísticos, agrego yo, que sólo pueden producir los periodistas profesionales, o sea quienes hacen reporterismo.
LA BUENA
De la lectura cuidadosa que hagan los periodistas profesionales de los debates reflejados en el libro se perfilará la buena noticia que significan las decenas de pautas que se están generando en la adaptación de medios y periodistas en la era digital, tales como entender, por ejemplo que está en marcha un gigantesco proceso de convergencias:
Convergencias entre el periodista y las nuevas tecnologías; en una sola empresa; entre varias empresas en el que también cambió el modelo de empresa corporativa (bajo un solo nombre) y ahora se hacen alianzas, asociaciones de grandes empresas con medios pequeños, especializados de periódicos digitales no lucrativos.
Infiero como una de estas convergencias, como ejemplo, que pequeñas empresas de periodismo hiperlocal ya venden noticias, fotos, videos a grandes empresas que confían su especialización temática y en la calidad profesional de sus trabajos. Y, las dos ganan credibilidad e ingresos económicos.
Todas las pautas serán muy útiles para las y los colegas que quieren hacer buen periodismo desde empresas nuevas, redituables económicamente para cubrir costos de operación, inversión nueva, salarios decorosos y menos dependiente del gasto gubernamental.
LO MEJOR
De todo lo que puede verse en esa conjunción de visiones y opiniones, este reportero resalta la preocupación común que encontró en la obra: la degradación del periodismo profesional.
Al respecto se cita a la autora Concepción Edo Bolós quien señala que “las incursiones de usuarios de internet no profesionales en el periodismo muestran muchas voces distintas y pueden tener interés, pero no son aceptables al 100%”... “Sólo en algunas ocasiones especiales tienen verdadero valor como noticias y no son comparables a la profesionalidad de un medio solvente y riguroso.” (Página 44).
En contraparte se refleja allí una preocupación que pareciera una especie de clamor: recuperar lo esencial del periodista: informar.
Y hay otra variable en periodistas que también deforman la esencia del informador mezclando formatos de presentación que colindan más con la literatura que con la presentación de los datos de la noticia. Al respecto lo dijo mejor el 30 de diciembre de 2015, en un mensaje de Facebook el reportero Gerardo Galarza, hoy en función directiva en Excélsior
Él ironizó a quienes creen [[“que el presunto mejor periodismo viene de fuera, que hay que ejercer los nuevos "modelos narrativos" (el "poema-reportaje" o algo así, me dicen que tiene mucho auge), que el periodismo ya no es periodismo si no tiene algún apelativo como "de investigación", "narrativo" o "de datos", (y también a quienes) desprecian a quien cree que la función esencial del periodismo es informar y no "tumbar" gobiernos que nunca caen…]]
Nota final.- El libro se puede obtener gratuitamente en el portal de NTX con la leyenda: NTX E-BOOK