viernes, 2 de julio de 2021

Aprovecha el tiempo

Salvador Echeagaray 

(EL AUTOR ES DOCENTE DE FILOSOFÍA POR LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE GUADALAJARA (UAG). 

Salvador Echeagaray
Hay algo por lo cual siempre estamos preocupados y estresados los humanos. Y resulta que eso, ni siquiera existe. 

 Esa gran preocupación que tenemos es el tiempo, o mejor dicho, a lo que llamamos tiempo. 

Dirán muchos, -¿cómo no va a existir? ¿Qué no se da cuenta que nos queda poco tiempo, o que ya llevamos cierto tiempo en esto o en otro?- 

Pues no, no existe el tiempo. Lo que existe es el movimiento, pero no el tiempo. 

O usted, estimado lector, ¿puede ir a la tienda de la esquina y pedir dos bolsitas de tiempo?  O, ¿pedir a Amazon, que le envíen una caja de tiempo? Pues no. 

Como decíamos, lo que existe es el movimiento. A eso que llamamos tiempo, lo describe Aristóteles, el filósofo griego de la antigüedad, como “la medida del movimiento según un antes y un después”. 

Por ejemplo, si digo que hago 15 minutos de mi casa al trabajo. La medida de mi traslado o movimiento fue de eso, de los 15 minutos, desde que salí hasta que llegué. 

Pero, ¿esos minutos de dónde los sacamos? De la medida del tiempo que tarda la tierra en girar sobre su propio eje. Sabemos que tarda 24 horas. Y cada hora es de 60 minutos. O sea, utilizamos unos movimientos para medir a otros. 

El reloj, es uno de los instrumentos que usamos para medir “el tiempo”, pero, lo que medimos es el movimiento. Así decimos: -Tengo tanto tiempo de vida. Quiere decir que el movimiento en mi existir será de “x” número de años. O ¿cuánto tiempo llevamos de casados? Si tenemos 24 años, esto equivale a que desde cuando contrajimos nupcias la tierra ha dado 24 vueltas al sol. Pues, así es como medimos los años, dentro del tiempo. 

Pero, la paradoja estiba que, eso que no existe, es de las cosas más importantes que tenemos. Sí. Debemos aprovechar el tiempo. Pues, el movimiento que llamamos tiempo, si lo medimos, nos daremos cuenta que pasa muy rápido. Viendo hacia adelante nos parece que transcurrirá lento. Mirando hacia atrás, nos parece que se fue veloz. 

Ese es el tiempo psicológico: como cada quien percibe o califica. Lo cierto es que como dijo Heráclito de Éfeso, uno de los primeros filósofos de la antigua Grecia, “Todo está en movimiento”. 

Así que, usted y yo, su cónyuge, el sexenio, el planeta, la galaxia, todo está en movimiento. Aprovechémoslo y hagamos nuestro el adagio latino “Carpe diem”, aprovecha el día. 

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-Les queda un minuto para entregar el examen, se acaba el tiempo.- 

-Pues, como dijo que el tiempo no existe, no entregaré mi examen.- 

¡¡¡PLOP!!! 

domingo, 27 de junio de 2021

Orizaba: Encanto con historia

Zaira Rosas

zairosas.22@gmail.com

Existe un pueblo mágico en el estado de Veracruz con grandes lecciones para el resto del país. Hablo de Orizaba. Sus calles fueron galardonadas recientemente con “La escoba de oro” por ser considerada una de las ciudades más limpias, este reconocimiento lo obtuvo por segunda vez consecutiva y en efecto al caminar por el centro y sus alrededores verá los contenedores necesarios para depositar la basura en su lugar. 

La arquitectura de Orizaba te transporta a otra época, cada uno de sus espacios está lleno de historia, puedes vislumbrar que la calle de las damas lleva su nombre debido a que años atrás múltiples mujeres transitaban por esos espacios para ir a misa. Cada esquina tiene datos de otros momentos y a la par de ese aprendizaje, en medio de sus edificios históricos vemos una ciudad llena de modernidad y cultura. Las campañas son claras, el entorno invita a convivir y respetar los espacios, su gente sin duda alguna entiende la importancia de sumar a la mejora que se ha creado.

Para que una sociedad trascienda se requiere de líderes inspiradores, pero también de un alto grado de participación en conjunto. De nada sirven las buenas intenciones de un gobierno cuya población no se involucre o donde la sociedad no sume con propuestas y alternativas positivas a la transformación deseada. En Orizaba se ha logrado con varias estrategias que las mismas personas que ahí habitan sean sumamente cuidadosas de los espacios e inviten a los visitantes a seguir este modelo.

También la arquitectura y los espacios públicos invitan a la gente a convivir, conocer sobre la historia que se ha gestado y seguir replicando un desarrollo favorable para todos sus habitantes. Basta con apreciar los colores de sus paredes, ver espacios tan cuidados nos hacen querer extender su belleza por más tiempo, a su vez esta es una ciudad llena de cultura, donde los museos son de acceso gratuito por ende la sociedad goza de actividades constantes de entretenimiento, hay museos para todos los gustos y muchos de ellos son aptos para una convivencia familiar.

Lo anterior sirve para fomentar valores y al tener una convivencia constante está comprobado que también disminuyen actividades delictivas y comportamientos violentos. ¿Cómo se logra ofrecer tantos espacios gratuitos y se preserva su cuidado? Aquí entra la participación conjunta, no sólo es tarea del gobierno, también las empresas aportan al desarrollo del entorno y la misma cultura del lugar hace que se pueda recaudar dinero a través de otros proyectos o impuestos como los parquímetros. 

Estos últimos han sido rechazados en otras ciudades, pero aquí son parte de una cultura de preservación y sus ciudadanos son respetuosos de los mismos. En Orizaba se nota la amabilidad de su gente, el crecimiento acelerado que ha tenido en últimos años y gracias al rescate de su historia, sus espacios públicos y la cultura, se ha colocado como un punto turístico que incrementa la actividad económica del lugar.

Este pueblo mágico es un ejemplo de desarrollo, de la importancia de rescatar nuestras raíces, convivir sanamente e incentivar por medio de ello a una cultura de paz que fomente el crecimiento social en todos los ámbitos. Todo esto lo podemos aplicar desde cualquiera de nuestros espacios, un buen punto de partida es la limpieza de nuestros alrededores, el rescate de la historia de nuestros puntos cercanos y sobre todo la réplica de promover la cultura que nos caracterice.