Rogelio Hernández López
Miradas de Reportero
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Rogelio Hernández López |
Hay que agradecer las novedades que aportaron tres grupos de analistas sobre el comportamiento de la prensa mexicana: se frenó la pérdida de confianza en los medios convencionales; estos respetan más las noticias, pero insisten en difundir opiniones sin sustento y con inquina.
UNO. Digital News Report del Reuters Institute de 2022 registró que no siguió cayendo la confianza popular en las noticias. En 2017 esa desconfianza fue entre el 51 por ciento de ciudadanos y aumentó persistentemente hasta alcanzar el 63 por ciento en 2021. Y este año ya no se incrementó. Podría ser una buena noticia para las empresas de prensa convencionales.
DOS. La Central de Inteligencia Política (CIP) difundió su Análisis de Reputación Mediática de Actores (ARMA) que podría indicar una causa del frenado en la desconfianza ciudadana. Este grupo presentó su estudio de la cobertura noticiosa de los principales medios de comunicación nacionales sobre los posibles candidatos a la Presidencia y mostró que el 85% de las noticias fue para los de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), 6% a los del PRI, 6% para los de Movimiento Ciudadano (MC) y 3% a los del Partido Acción Nacional (PAN). Al parecer se privilegió lo que sí es noticia.
TRES. El Laboratorio Digital para la Democracia Tlatelolco Lab, adscrito al Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad de la UNAM demostró la existencia de una Estrategia digital de manipulación de tráfico para posicionar la narrativa de que el gobierno y Morena cooperan con el narcotráfico, estrategia que involucró a opinadores, periodistas y políticos de oposición en los medios convencionales, pero documentaron que nadie aportó pruebas de su acusación bordada con muchas inferencias e inquina.
Freno a la desconfianza
El Instituto Reuters difunde cada mes de junio un informe global de noticias digitales en empresas periodísticas de 46 países (Digital News Report). El respectivo a 2022 se divulgó el 14 de junio.
En sus hallazgos de este año resalta que…
Que el interés general y de confianza por las noticias en todos los países es del 51 por ciento cuando en 2017 fue de 63 por ciento.
En México, la confianza en las noticias en los medios convencionales fue de 49 por ciento en 2017, cayó al 37 por ciento en 2021 y fue igual en 2022. Ya no bajó.
No obstante, cuando se pregunta a los consumidores mexicanos si consideran que los medios están libres de una influencia política indebida únicamente el 18 por ciento cree que sí.
Hay, en México mayor interés y confianza en las empresas conocidas que en periodistas individuales o personalidades, de acuerdo con la encuesta de Reuters Institute. En 2021 destacaron varias marcas periodísticas de origen digital, pero en 2022 solo aparece Aristegui noticias entre las primeras diez y las demás son empresas convencionales con portales digitales, entre ellas una pública, canal 22.
Los 10 medios “con mayor nivel de confianza” entre el 37 por ciento de los encuestados para 2022, según el registro de Digital News Report, son en orden de importancia: CNN, Milenio, El Universal, Imagen, El Financiero, El Economista, Radio Fórmula, Reforma, Canal 22 y Aristegui Noticias.
Privilegiar la noticia
La empresa que se hace llamar Centro de Inteligencia Política (CIP) le adelantó datos al analista Leo Zuckermann de su estudio sobre la cobertura de los “presidenciables” entre el 14 de mayo y el 14 de junio en más de 35 diarios, 35 canales de televisión y 30 emisoras de radio.
Resultó, según cita Zuckermann, que “del total de la cobertura el 85 por ciento lo acaparan los aspirantes de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), 6% los del PRI, 6% los de Movimiento Ciudadano (MC) y 3% los del Partido Acción Nacional (PAN).”
Los comentarios del analista (al que nadie puede señalar de proclividad con Morena) son indicativos de como en los medios convencionales, sobre todo corporativos, en este tema se está privilegiando lo noticioso, elemento base de la ética periodística. Quizá para no perder más confianza de los consumidores de noticias.
“Los números son impresionantes. –resalta Zuckermann-- La asimetría es categórica. Recuerda las épocas doradas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) autoritario, cuando la oposición no existía en los medios de comunicación. En ese entonces, por consigna. Ahora, por falta de liderazgo nacional que concite interés.
“Insisto: no creo que haya una consigna en los medios de no darle cobertura a los posibles candidatos de la oposición. No salen porque no son noticia. En cambio, los de Morena sí generan cobertura noticiosa.
“Los de Morena aparecen en las noticias gracias a los puestos públicos que ostentan. Los opositores no generan noticias interesantes o mantienen un bajo perfil.” (ver https://www.excelsior.com.mx/opinion/leo-zuckermann/la-asimetria-entre-los-candidatos-de-morena-y-la-oposicion/1521942
Pero persiste la inquina
El 18 de junio la revista semanal Contralínea en un reportaje divulgó el estudio del Laboratorio Digital para la Democracia Tlatelolco Lab, adscrito al Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad de la UNAM y lo tituló: Tlatelolco Lab revela campaña de manipulación sobre narcopolítica.
Días después, el miércoles 22 lo retomó, sin citar a la revista, Ana Elizabeth García Vilchis en la sección Quién es quién en las mentiras de la conferencia mañanera de la presidencia de la República.
Del estudio resalta que…
“Tlatelolco Lab identificó comunidades de cuentas que amplificaron cuatro hashtags durante la primera semana de junio por medio de retuits, citas o respuestas entre ellas. Los mensaje asociaban la palabra “narco” con “gobierno”, “presidente”, “AMLO” y “Morena” Algunas de esas cuentas tuitearon o retuitearon cientos de veces en intervalos de 12 a 60 segundos, para luego entrar en un periodo de reposo…. la presencia de ráfagas de publicaciones es un indicio de una estrategia digital de manipulación de tráfico”.
La investigación detectó que más de 30 opinadores o columnistas, en dos grandes grupos, retomaron el tema y lo colocaron en sus espacios de opinión. “Los que habitualmente tienen un espacio en medios, como Héctor de Mauleón, Eduardo Ruiz Healy, Ricardo Alemán, Carlos Salazar, Federico Reyes Heroles, Fernando García Ramírez, Carlos Loret de Mola. Y en el otro grupo encontramos que se invita a los medios a través de entrevistas o columnas invitadas, a una serie de actores políticos que son funcionarios en turno de los partidos de oposición o que han sido funcionarios antes, hablamos de Francisco Labastida, Rubén Aguilar, Marco Rubio que es senador en Estados Unidos, Lilly Téllez, Jesús Ortega o Porfirio Muñoz Ledo”.
“Fue (aseguran los analistas de Tlatelolco Lab), una estrategia digital de manipulación de tráfico para posicionar la narrativa de que el gobierno y Morena cooperan con el narcotráfico (…) la constante en esta narrativa mediática y digital fue la ausencia de pruebas que demostraran el supuesto vínculo entre el narcotráfico y el gobierno federal o el partido Morena…
“…otro elemento reiterativo es el uso del lenguaje que repite una y otra vez que es una sospecha. Pareciera que no lo quieren afirmar del todo; pero, lo que terminan haciendo es posicionar el tema en las agendas.”
Por su lado Ana Elizabeth García Vilchis, vocera extraoficial de la Presidencia, comentó que “El estudio de Tlatelolco Lab concluye que existen elementos para suponer que medios de comunicación y actores de la oposición que tienen cuentas en redes sociales confluyen, se agrupan y coordinan para generar discursos que dañen al presidente.” O sea que muestran aversión y mala voluntad para manchar, inquina pues.
La pérdida de confianza ciudadana en los medios convencionales ha sido paulatina en México y ha afectado la credibilidad y aceptación del periodismo y los periodistas y, por supuesto a las utilidades de las empresas privadas. Ahora aparecen algunos rasgos en las grandes empresas que parecen respetar la veracidad de las noticias y que eso ataja la desconfianza de los públicos. Pero ese avance puede perderse rápidamente otra vez si insisten en difundir opiniones sin sustento y con inquina, sean del lado que sean.
Miradas de reportero.