PLANA MAYOR
· Con pie derecho entrará la LXIII Legislatura
· Adolfo: su orgulloso nepotismo familiar
Gaudencio García Rivera
· Adolfo: su orgulloso nepotismo familiar
Gaudencio García Rivera
Pasado el fervor de la batalla electoral por la renovación de las diputaciones locales -30 distritos electorales- y las 212 presidencias municipales del estado, la clase política gobernante con el saldo a favor del partido hegemónico, el PRI, prepara la estratagema para posesionar a sus delfines –mozuelos de la política de alto nivel- rumbo a la sucesión gubernamental de 2016.
La cúpula local del PRI, por el momento es un instituto fortalecido y goza de cabal salud porque en las elecciones del pasado 7 de julio avasallaron en las diputaciones locales –ganaron 19 de 30 distritos electorales y 8 diputaciones plurinominales que convierten al tricolor en una sólida bancada mayoritaria en la Legislatura local-, con todas las argucias legaloides y marrullerías que avaló el defenestrado árbitro electoral antes y después del proceso.
Doña Carolina Viveros García, presidenta del IEV, no podrán negarle a los oficiosos, cortesanos y notables del poder público que cumplió a golpe de mayete la simbología para que la operación sistémica garantizará casi el poder omnímodo de la clase política priista en el seno del cuerpo legislativo, donde se decide el futuro legal de Veracruz.
Si la oposición del PAN, PRD, PT y Movimiento Ciudadano –antes Convergencia-, que era la bandera coyuntural de un gran segmento de la sociedad civil y de los ciudadanos de a pie que están hastiados de las entelequias y del discurso de una clase política corrupta del PRI, no supo aprovechar los errores, desaciertos y pifias de los abanderados del tricolor y de su líder, resulta tardía sus reclamos porque de antemano desde el principio de la génesis electoral acreditó las reglas del juego electoral.
Es una lástima que la sociedad civil, los electores que sustentan una parte fundamental del entramado de la res pública, una vez más pague justo por pecador por los pactos que realizan en los drenajes del poder público las cúpulas de los partidos de oposición con la cúpula del partido gobernante.
El PRI llegará al liderazgo de la entrante Legislatura local –asume funciones en la primera semana de noviembre- con una cómoda ventaja con sus aliados naturales del PVEM y del PANAL, que está visto que la aprehensión de su fundadora y exlíder magisterial Elba Esther Gordillo por defraudación fiscal no ensució su relación íntima con el tricolor y, con el plus de una oposición domesticada a la que le ofreció el oro y el moro para el hándicap del juego sucesorio gubernamental de 2016. La perversidad del tricolor, fue elocuente.
En este acuerdo suscrito en los sótanos del poder político, no entran en el juego la bancada del PAN, Movimiento Ciudadano y una fracción del PRD. La fracción mayoritaria del PRI entrará con un pie derecho en la LXIII Legislatura local –de película pues- y no tendrá nudos gordianos que impidan aprobar los proyectos de ley que envíe el Poder Ejecutivo del Estado. Esto, por supuesto, prohijará un clima ideal para mecer la cuna en la sucesión de JDO.
AL CALCE… Su mejor orgullo, el nepotismo. El dinámico, eficiente y oportuno secretario de Educación del estado, Adolfo Mota Hernández, nativo de Coatepec, ha tenido buenos sinodales desde que arribó a la política en el sexenio de Miguel Alemán Velasco (1998/2004).
De ahí para acá ha cortado rabo y orejas en los linderos de la tauropolítica. Exitoso el mozuelo de la ciencia política, protegido del extinto exdiplomático y humanista José Ezequiel Iturriaga Sauco –fallecido el 19 de abril de 2011-, a quien le rogó y le suplicó lo apadrinará en el quehacer político, el joven Adolfo se caracteriza ahora por practicar un orgulloso nepotismo con la colocación de sus parentelas y amigos en su férula sin el mayor pudor.
Si viviera don José Iturriaga, tenga usted por seguro que se moriría de vergüenza por este pésimo alumno. ¡Qué pasa joven Adolfo! Ahora sufre del síndrome de Hibris. Comentarios a gau41@hotmail.com o gaugar55@gmail.com