viernes, 26 de febrero de 2021

La fiscalización fallida y la opacidad en el uso de los recursos públicos

Emilio Cárdenas Escobosa 

De Interés Público

Emilio Cárdenas Escobosa
En el sector público, la fiscalización o función fiscalizadora tiene como objetivo que la actividad económico-financiera del aparato estatal se sujete a los principios de legalidad, eficiencia y economía, a través de órganos públicos denominados entidades fiscalizadoras superiores, como es el caso de la Auditoría Superior de la Federación (ASF), creada en 1999 y dependiente de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, y en las entidades federativas como Veracruz con el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS), en funciones desde el año  2000 y que rinde cuentas al Congreso local.  

Hoy la ASF está en el ojo del huracán luego de que tras la presentación del Informe del resultado de la fiscalización superior de la cuenta pública 2019, que audita el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, concluyó que la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), obra insignia de la administración del ex presidente Enrique Peña Nieto, representó un costo estimado de 331 mil 996 millones 517 mil pesos, el triple de lo previsto por el administración federal en abril de 2019. 

Como era previsible este Informe generó la molestia del Primer Mandatario, que fiel a su estilo acusó a la ASF de alimentar con datos falsos a sus adversarios políticos y le exigió una aclaración pública que llegó de inmediato al admitir la Auditoría que existen “inconsistencias” en la cuantificación del monto de cancelación, por lo que el contenido de esta auditoría es objeto de “una revisión exhaustiva, en particular en relación con la metodología utilizada” para determinar este costo. En suma, reconocieron que el monto de más de 331 mil millones de pesos era exagerado y lógicamente ardió Troya. 

Los adversarios políticos del presidente acusaron al titular de la ASF, David Colmenares Páramo, de ceder a la presión del presidente López Obrador, en tanto que los afines al lopezobradorismo lo fustigan por supuestamente haber hecho su trabajo con un sesgo político encaminado a dañar la imagen del gobierno de la pretendida Cuarta Transformación. Aún más, López Obrador anunció que pedirá a la Cámara de Diputados investigar a la Auditoría por estos hechos y el presidente de la Comisión de Vigilancia de la misma, el diputado Mario Alberto Rodríguez, ya adelantó que citarán al Auditor Superior y a los auditores especiales que tuvieron a su cargo la revisión del caso del aeropuerto de Texcoco. 

Lo que es un hecho es que la rectificación que hizo la ASF revela dos cosas: incompetencia y mala fe o sujeción a dictados o presiones políticas.  Le cuento: 

En el primer caso el error está desde el punto de partida, esto es, que la revisión corresponde a una auditoría de desempeño donde sólo se analizan los alcances de los programas de gobierno, pero deja de lado examinar el gasto y ello es fundamental sobre todo en obras como el del aeropuerto  donde, de acuerdo al discurso del presidente López Obrador que lo llevó a cancelar el proyecto de Texcoco, hubo hechos de corrupción. Entonces lo conveniente era realizar una auditoría forense, que hace una fiscalización rigurosa del empleo de los recursos públicos. Haberlo hecho así nos lleva hoy a que el debate se centre en el sobrecosto que representa la cancelación y no el conocer si existieron y por qué monto desviaciones de recursos, favoritismos en los contratos para beneficiar a determinadas empresas o sobornos a funcionarios públicos. 

De hecho la tónica de la gestión de David Colmenares al frente de la ASF ha sido relegar las auditorías de cumplimiento financiero y forenses, que tienen por objeto revisar el ejercicio del presupuesto asignado y sus desviaciones, para centrarse en las auditorías de desempeño. Craso error o ganas de bajar la presión en los análisis del gasto, sea para cuidar a ex funcionarios del anterior gobierno o para evitar choques con el presidente López Obrador. Nada de eso le salió bien. 

Basta con ver como la ASF también dio marcha atrás en sus conclusiones de que en el caso de la auditoría a la Secretaría de la Función Pública la dependencia a cargo de Irma Eréndira Sandoval Ballesteros se resistió al proceso de fiscalización y se negó a entregar información y documentación que se le solicitó como parte de la revisión. En este caso Colmenares Páramo aseguró en diversos medios de comunicación que la SFP no obstaculizó la labor de los auditores y que contaron con toda la información para realizar sus funciones. 

Y ahora, como es lógico, luego del escándalo, rápidamente empiezan a surgir declaraciones de funcionarios con observaciones sobre presunto daño patrimonial señalados en el Informe de Resultados de la Cuenta Pública 2019, como es el caso de la Secretaria de Energía Rocío Nahle, que califican de absurdas las observaciones al ejercicio de recursos en proyectos bajo su responsabilidad, como la refinería de Dos Bocas. 

Como es previsible, así irán descalificándose todos los datos y conclusiones del Informe de la ASF. 

Peor, imposible. Las horas de Colmenares al frente de la ASF están contadas. Saldrá por la puerta trasera. 

Sin embargo, lo relevante de toda esta historia es que la fiscalización del primer año de gobierno de López Obrador queda bajo sospecha, se tendrá que realizarse nuevamente o deberemos esperar hasta después de las elecciones para conocer los datos reales, con lo que ello supone en términos de opacidad sobre el real ejercicio de los recursos del gobierno federal y alentará a gobiernos estatales y a todo ente fiscalizado a rechazar los informes.  

La conclusión de este penoso episodio es confirmar como los procesos de fiscalización por más técnicos que se pretendan, de acuerdo con la ley, no dejan de contaminarse ante la coyuntura política, y más en año de elecciones. Recordemos como en Veracruz, el ORFIS de plano va de prórroga en prórroga autorizada por el Congreso local  para presentar la revisión de la Cuenta Pública del primer año de ejercicio del gobierno de Cuitláhuac García Jiménez, la que si bien van las cosas conoceremos hacia el segundo semestre de este 2021, una vez pasadas, claro está, las elecciones locales y federales. 

Ello sin dejar de recordar los arreglos en lo oscurito que se hacen en el Congreso cuando se presentan los Informes del ORFIS y donde la Comisión de Vigilancia se arregla con los ayuntamientos observados para limpiar sus cuentas o apretar a las autoridades municipales con fines electorales, como ha sucedido siempre. 

Cuando el horizonte de los políticos y de los gobiernos se circunscribe a lo electoral y a los arreglos políticos no hay fiscalización que sirva. El ORFIS con un presupuesto de casi 183 millones de pesos en 2020 no puede concluir su trabajo y la ASF que manejó en ese año más de 2 mil millones de pesos lo hizo mal. Vaya cosa. Seguimos en la simulación de que el país y nuestro estado han cambiado. 

jecesco@hotmail.com 

www.deinterespublico.com 


martes, 23 de febrero de 2021

De políticos, toreros y toros bizcos

Alberto Loret de Mola

Tal Cual

Alberto Loret de Mola
Dice -o repite- la canciller federal alemana, Angela Merker, que "ningún presidente ni alcalde 'hereda problemas'. Se supone que los conoce de antemano y por eso se hace elegir, para gobernar con el propósito de corregir esos problemas. Culpar a los predecesores es la salida fácil y mediocre de los malos gobiernos. Si no pueden, no se postulen". 

Éste es, sin duda, el caso de la malograda 4T que, sin haber estudiado al toro, se pusieron cual novillero deschavetado, echados tantito a la izquierda, a recibir a un enfurecido Miura de 700 kilos, de nombre México, a “porta gayola”, con tan mala suerte que la inmensa fiera resultó bizco del ojo derecho y pues al no percatarse del engaño, se llevó de corbata cual piñata de Tlaltepan, los sueños de “abrazos y no balazos” y de corrupción cero por generación espontánea, de los políticos que pareciera llegaron a aprender, no a gobernar. Y, entonces, por no haber asistido al sorteo de los astados y así no percatarse de ese pequeño detalle, ahora están horrorizados siendo testigos del matador ensartado, paseando por todo el ruedo, en la portentosa cornamenta del burel y pues los responsables le echan la culpa al morlaco por sus defectos de visión que, un buen conocedor hubiera detectado, sin duda, con sólo ver al animal, unos segundos antes.

Hablemos de personas, no de partidos, para las elecciones que vienen. Para no ir más lejos, necesitamos en San Lázaro, legisladores que nos representen. Para el distrito de Xalapa, Américo Zúñiga conoce bien el arte de torear vamos legislar, cabildear. Esto es un arte y Zúñiga lo lleva en la sangre noble, heredada de su padre y cultivada a base de esfuerzo. No hay mejor opción. Ha sido un alcalde que trabajó bien y dejó buenos resultados, y hasta dinero para la siguiente administración. Un caso digno de Ripley.

Para diputado pero local, también por Xalapa, Alejandro De la Madrid tiene el contacto con la gente, con los empresarios, con los industriales, trae miles de kilómetros andados y mantiene una lucha obsesiva por rescatar y cuidar el agua. Seguramente, de no hacerle una chicanada en su partido, será un buen diputado. 

Y en las alcaldías, hablando de Xalapa para comenzar, sólo podemos considerar dos que se sienten seguros y muchos aspirantes que están en el aire. El primero, Ricardo Ahued fue un buen presidente municipal porque no robó y sí aplicó los recursos que le otorgaba la federación, a diferencia del nefasto Hipo Litio que se dice honesto por no robar dinero, cuando no se da cuenta que la aplicación de los fondos federales son patrimonio del pueblo. Devolvió, por imbécil y huevón, muchas partidas destinadas a mejorar la calidad de vida de los xalapeños para “apoyar” a la 4T, sin darse cuenta que esa omisión fue equivalente a robarle a los que prometió gobernar. Puede ser una piedra en el camino para el Senador que, ese sí, es honesto. La piedra en el zapato de David Velasco, el otro “seguro” pues Ahued o lo que es lo mismo: Velasco no ganaría a menos que se desplome Ricardo por la carga y los pasivos sociales del ahora alcalde. 

Para Veracruz, la única posibilidad de arrebatarle al Chiqui Yunes su inmerecida herencia, es con el empuje de Ricardo Exsome quien, no lo dude, goza de un prestigio a toda prueba y es apoyado lo mismo por los  empresarios, que por la gran base de trabajadores hartos de ver los trastupijes de la familia de muy raspado prestigio, y a quienes se les relaciona, todos lo dicen, con lo contentos que andan por el puerto algunos malandrines de aquellos, de peso pesado, de bota vaquera vamos. De ganar, sería como un buen quite por chicuelinas, al estilo Manolo Martínez y se dibujaría en el horizonte, un futuro promisorio para el mítico puerto. Su triunfo, merecido por cierto, bien valdría las orejas y el rabo.

En Emiliano Zapata, aunque reinan los cacicazgos, un joven, Sergio Leyva, se perfila como el caballo negro de la ciudadanía. Tiene buen prestigio y ha transitado por los caminos, brechas y senderos de ese bello lugar, acosado por las dos bandas que se pelean milímetro a milímetro el territorio: las auspiciadas por el exgobernador “cascarita” y las consentidas de Cui, el de las flores. Ojalá lo dejen llegar. Nada más que se cuide porque los cuernos -de chivo- andan muy inquietos y pegan cada cornada que para qué.

A todos los mencionados y a otros muchos, nada más puedan hablar, trataré de entrevistarlos, de preferencia, en algún buen programa, como al que nunca me invitan y ahí ando siempre de colado, el de mi amigo y colega Carlos Luna Escudero quien, por cierto, no me ha revelado aún, qué lo hizo desistir de contender por la alcaldía de mi amada Xalapa. Puros pases por alto, como los de José Tomás.

Arte puro.

lunes, 22 de febrero de 2021

Alcalde de Tlacotalpan y la traición a Cisneros

  • Su candidato con Vicencio, luego con el dos

Por Iván Calderón

 Perfilando

No hace mucho al alcalde de Tlacotalpan Christian Romero Pérez, se le vio de “tapete” con el Secretario de Gobierno Eric Cisneros Burgos, a quién le ofrecieron un recorrido en un “barquito” por todo el Papaloapan.

Romero, quien llegó por la vía independiente, y que en el pasado proceso electoral operó en abierto para el grupo de los Yunes azules, ahora tiene la esperanza de ser candidato a la diputación federal por el distrito XIX, con el respaldo de MORENA y del “dos” en la entidad, incluso lograr dejar a su sucesor.

Sin embargo, lo que no sabe Cisneros Burgos es que el edil tlacoltalpeño al no tener la seguridad de lograr alguna posición política con el respaldo del Gobierno del Estado, semanas atrás se había entregado al mal logrado “líder” de MORENA en Veracruz, Gonzalo Vicencio, buscando tanto una posición para él, como la candidatura de su protegido Manuel María Mortejo Verdejo, quién se registró como pre candidato a la alcaldía por MORENA en esta patrimonial ciudad.

Lo curioso de este asunto es que Verdejo es un personaje muy, pero muy cercano a Gonzalo Vicencio Flores, cosa que tal vez desconozca el propio Cisneros Burgos, a quién en una cena a orillas del Papaloapan el propio Christian Romero le solicitó que su protegido sea el abanderado del Movimiento de Regeneración Nacional, cuando semanas atrás cocinaba su traición.

Y es que en la última reunión que tuvo Vicencio como militante de “Morenista”, en el “Mangal” junto con las hermanas Vázquez Saut en Acayucan y los Condado, cuentan (no nos consta) que el propio edil Tlacoltalpeño dispuso de recursos para la movilización de un pequeño grupo de simpatizantes, para mostrarle su respaldo como líder moral de este partido en la entidad.

Este rumor no puede ser muy descabellado, ya que es muy comentado que Vicencio Flores negoció a lo largo y ancho de la entidad candidaturas a personajes, vinculados con un pasado priista o panista, al grado de que trasciende que prometía candidaturas hasta por 2 millones de pesos.

En honor a la verdad, lo que le urge a Christian Romero a dejar a quién le cubra la espalda en Tlacotalpan y le cubra el desastre financiero que está dejando en el municipio.

Ya veremos si Eric Cisneros deja pasar esta traición, pues dicen en Tlaco que Manuel María Mortejo Verdejo entraría muy bien de candidato, pero en Fuerza por México.

¿Agarrará Christian Romero a don Eric de “barco”?

Esperemos a ver qué es lo que pasa.

@IvanKalderon