Entrevista
Fuente:
centinela.mx
Considerado uno de los periodistas con
mayor experiencia en México, defensor de la libertad de expresión cuando de la
mano de Julio Scherer y Miguel Angel Granados Chapa, dirigían Excélsior en la
época dorado de los años 60 y finales de los 70, fundador de la revista
Proceso, Miguel López Azuara asegura en entrevista, que los tiempos de la
prensa y los medios han cambiado, ayer se respetaba su crítica y opinión, había
otras formas de limitarlos, pero no callarlos; hoy la impunidad es lo que reina
en medio de la guerra de Calderón contra el narco, utilizando cualquier
pretexto para matar reporteros y silenciar sus críticas.
Con una trayectoria profesional que
inició desde reportero en Excélsior hasta alcanzar la subdirección editorial y
continuar en oficinas de gobierno, ocupando la Jefatura de Información de Los
Pinos en la época de Carlos Salinas, el comunicador Tuxpeño, considera que hoy
como ayer hay buenos reporteros, pero han cambiado las formas de hacer
periodismo y presentar las noticias.
Con sonrisa bonachona, vestido
informalmente y disfrutando del fin de semana xalapeño, López Azuara asegura
que disfruta de la vida, baila danzón, sus mejores momentos hoy en día son al
lado de sus nietos, los cuales ya son adultos, lee a García Márquez, el Quijote
y la Biblia como libros de cabecera; cree en el amor porque es lo que motiva la
vida y está enamorado. Solo le pide a la vida salud para poder hacer lo que más
le gusta, platicar con sus amigos, leer y escribir.
¿Hay
diferencia en la forma de hacer periodismo en la época dorada de Excélsior a la
época de hoy?
Si. Yo creo que había respeto y
consideración para los periódicos, pero había muchas medidas de control para
contener la expresión libre no solo de los periodistas sino de los ciudadanos
que eventualmente podrían colaborar con los periódicos.
Teníamos absoluta libertad para opinar,
nadie nos buscó nunca para decirnos que publicáramos o no publicáramos. Éramos
críticos, no estridentes, no éramos del tipo de decir que el funcionario de tal
era un ladrón, no éramos de ese tipo, era hacer crítica con ideas, propuestas,
abrir el debate.
¿Porque
todos los periodistas y reporteros que se mueren hoy en día los quieren mezclar
en cosas estridentes?
Ya es un modus operandi de la gente que
va hacer algo malo, si alguien quiere deshacerse de un enemigo pasional,
económico, político, puede o está en condiciones de ordenar que se cometa un
asesinato parecido a los que hacen en el crimen internacional, balas de grueso
calibre, aparentan ejecuciones en algunos casos, cuando no es así, como en el
caso de Regina.
Entonces hay que buscar otras cosa, ahí
no puedes decir que fue el crimen organizado porque se vería muy raro, no hubo
violación de cerraduras, nada, fue alguien a quien ella conocía el que entró
ahí, y había una ira personal contra ella, golpear a una mujer indefensa en su
casa, luego la estrangulan.
¿Esperaba
que viniera Julio Scherer a decir que no creemos en una versión que resulta más
creíble para darle una connotación criminal organizada?
Estamos hablando de las apariencias, todo
requiere de una investigación, en algunos casos han querido involucrar a muchos
periodistas con la delincuencia, pero esas son cosas muy delicadas que se
tienen que probar, no se puede decir nada mas, eran delincuentes.
¿El
crimen está aprovechando la coyuntura?
El crimen y los que no son del crimen.
Como hay impunidad, como no pasa nada, y desgraciadamente puede entrar alguien,
nos da un tiro y se sale tranquilamente y se va a la playa y no pasa nada.
¿Cuál
es el futuro de la prensa en estas circunstancias? ¿Nos hemos autocensurado,
nos hemos por miedo silenciado nosotros mismos?
Obviamente.
Siempre ha habido autocensura, antes
había sido inducida por el gobierno, no te reprimía, pero te llenaban de prebendas
o en algún caso te podrían amenazar, apretar las cuerdas, te investigan y dicen
que no pagaste los impuestos, tu carro no está al día en documentación, lo
usaban para apretarte, antes lo hacía el gobierno, pero ahora lo hacen los
capos.
¿El
cuarto poder dónde quedó?
Eso lo dijo Burke en un momento
específico en la gran Bretaña y era real, era una expresión civil ante el poder
público, en México fue tomado así.
Era más fácil darle realce al poder de la
prensa, eres tan importante como periodista como un diputado que hasta fuero
tiene, el presidente de la Suprema Corte, el poder Ejecutivo, los otros
poderes, este es el poder de la opinión pública, de la fiscalización ciudadana,
poder de la denuncia pública, no jurídica sino una denuncia que atrae la
atención de algo que es irregular de algo que no concuerda como deben de ser
las cosas.
¿Ud.
Era un periodista con picaporte en Los Pinos?
Estuve incorporado en Los Pinos con el
presidente Carlos Salinas, obviamente si podía hablar con él, sobretodo, cuando
no estaba el director general que era Otto Granados, y me pedía que yo me
quedara en su oficina cuando él no estaba para atender al Presidente cuando
hablaba por teléfono.
Cuando hablaba, decía: Bueno, habla
Carlos Salinas.
¿Sigue
siendo amigo de Julio Scherer?
Le tengo una gran estimación, un gran
reconocimiento, mucha gratitud pero yo me separe profesionalmente de él, no lo
he vuelto a ver, ni lo quiero volver a ver, no me gustaron sus muchas cosas de
él, por eso dejé la revista, igual Miguel Angel Granados Chapa, después regresó
por otras razones.