Sin tacto
Por Sergio González Levet
Américo Zúñiga Martínez, que se ha
caracterizado por ser un alcalde entrón, que no se queda sentado en
su silla municipal viendo pasar el tiempo, enfrenta ahora alguna
oposición a su programa de rehabilitación del centro histórico de
la ciudad, debido a que ciertos comerciantes y empresarios de nuestra
calle principal no quieren que se hagan las obras de remodelación
porque implican molestias temporales y la pérdida también temporal
de clientes durante el tiempo que tarde en hacerse la obra.
Con trabajos pero con trabajo, Américo
logró convencer a tirios y troyanos de que era necesario hacer algo
por las vialidades de del centro, y consiguió ponerse por encima del
interés muy particular de algunos vecinos para reparar drenajes y
tubos de agua potable; ocultar líneas eléctricas, telefónicas y de
servicios de tv por cable; rehacer banquetas y guarniciones;
construir pavimentos de concreto, e instalar algunas piezas de ornato
y defensa de los peatones.
Así, con toda la celeridad posible se
concluyó la remodelación de las dos cuadras de la calle Zaragoza, y
aunque hubo ciudadanos a los que no les gustó la solución estética
de la obra (algunas damas se quejan de que el tipo de pavimento
ornamentado dificulta caminar con tacones altos), finalmente se
consiguió el objetivo de darle una apariencia unificada a esa rúa,
que antes parecía andrajosa y llena de remiendos.
Durante la obra, como es inevitable,
la vialidad xalapeña sufrió una afección tremenda, pero finalmente
la nueva calle fue abierta al tránsito en sus dos carriles y todo
volvió a la normalidad, si por “normalidad” entendemos las
largas filas cotidianas de vehículos que se arremolinan a la salida
del viaducto y ante el semáforo de la esquina con la calle Bravo en
las horas pico, que son casi todas las del día y algunas de la
noche.
Antes de que los xalapeños tomaran un
respiro, el Ayuntamiento se siguió con una obra similar en la cuadra
única de la calle Primo Verdad, que estuvo lista mucho más rápido
que la anterior, aunque esa celeridad no evitó que hubiera quejas de
habitantes de la capital a los que no les gusta que les interrumpan
la vialidad, tan escabrosa de por sí.
Y el circuito se cierra ahora con la
calle Enríquez, con lo que se complementará el circulo virtuoso de
las vialidades principales del primer cuadro -y el segundo- de la
ciudad.
Empecinado y negociador, Américo
Zúñiga logró establecer las condiciones para que la obra empezara
en el tramo que va de Lucio a Clavijero y pasa por los dos palacios,
el de Gobierno y el Municipal. Seguramente la compañía constructora
pondrá todo su empeño para terminar lo más rápido posible y
seguirse de frente con la cuadra faltante de Lucio a Primo Verdad.
De esta manera, quiere la autoridad
municipal ganarle en el tiempo a las críticas de los afectados, de
modo que la obra termine antes de que las protestas crezcan en
demasía.
Le restan seis meses y tres días a la
actual administración municipal, y el alcalde se ha propuesto
terminar a tambor batiente su cuatrienio, en el que tuvo oportunidad
de hacer un buen gobierno, que le han reconocido los xalapeños en
todas partes -menos en las urnas, pero esa es otra historia-.
La cereza del pastel de la presidencia
municipal de Américo será esta obra, que pondrá en servicio al
término de su mandato constitucional.
Así, Américo Zúñiga Martínez
pasará la historia como un excelente alcalde, inteligente y
sencillo; eficaz y sensible.
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