Rogelio Hernández López
El miércoles 6 de agosto se conjuntaron por segunda ocasión los representantes de dos profesiones con autoridades de gobierno para iniciar trabajos para una ley que podría ser ejemplar para todo el país.
Estaban, en una sala de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, integrantes de las organizaciones más activas y preocupadas por la protección de sus actividades: periodistas y defensores de los derechos humanos.
En el ambiente de esa inusual reunión parecía haber voluntad política para llegar pronto a una Ley especial por la presencia y disposición que mostraban allí: el responsable de la Asamblea Legislativa, diputado Manuel Granados; el Subsecretario de Gobierno del Distrito Federal Juan José García Ochoa y el Coordinador de Relatorías de la Comisión de los Derechos Humanos del Distrito Federal, Gabriel Soto.
Para este reportero si era extraño un tanto inusitado mirar la presencia de periodistas y defensores de los derechos humanos en un solo lugar y para los mismos fines.
En la primera ocasión se conjuntaron, casi estos mismos, durante 26 sesiones en el Senado de la República. Entonces, trabajaron intensamente y encontraron suficiente voluntad políticas para que el resultado fuese la Ley de Protección a Defensores de los Derechos Humanos y Periodistas, ley que instituyó el Mecanismo de Protección federal para estas dos profesiones. Ahora se pretende mejorar esa ley.
¿POR QUÉ PROTEGER DOS PROFESIONES?
Es posible que haya gente en México que no tenga información suficiente y por tanto no comprenda que también es necesario proteger a mujeres y hombres que defienden derechos humanos en México, además del ejercicio profesional del periodismo.
Las dos actividades profesionales tienes diferentes objetivos, procedimientos de trabajo pero comparten las mismas consecuencias por ello: agresiones que van desde la amenaza hasta el asesinato, ataques e incomprensión de los políticos, impunidad y ausencia de instrumentos de gobierno y jurídicos para poder defenderse mejor.
Del periodismo, el reportero ha citado innumerables ocasiones que no cesa el ciclo de agravios, que desde 2006 a 2013 las agresiones fueron 633 y asesinatos 94: Y que en lugar de frenarse en el nuevo régimen de Peña Nieto ya se acumulan al menos 500 agresiones y 13 asesinatos en 20 meses. Por eso, todos los organismos internacionales y los nacionales pugnan porque el Estado proteja de verdad al periodismo por ser una actividad de alto riesgo.
A los defensores no les va mejor. Aunque es una actividad profesionalizada recientemente en México, ya también se considera como un trabajo de alto riesgo. Y existen los datos para probarlo.
Hace unas semanas, la entonces Coordinadora de la Red Nacional de Organismos Civiles de Derechos Humanos “Todos los Derechos para Todas y todos”, Agnieszca Raczynska me entregó en mano un ejemplar recién impreso del Informe 2014 sobre la situación de las personas defensoras.
En este informe asegura que “entre enero del 2011 y diciembre del 2013 la Red TDT conoció 409 agresiones y/o violaciones a derechos humanos. Del total ciento cuatro casos (104) en los que al menos una de las personas agredidas es un defensor o defensora o un colectivo que lucha por los derechos humanos.
“En estos 104 casos (contra defensores) se han registrado ciento setenta y un (161) personas defensoras que han sido víctimas de agresiones y de ellas veintisiete (27) fueron asesinadas.
Y en materia de justicia, de los 27 asesinatos en 24 “no existe ninguna persona sentenciada por la comisión del crimen, nos habla de la incapacidad del Estado para investigar y sancionar a los responsables”.
LUGARES Y TIPOLOGÍAS DE AGRESORES
El nivel de violencia contra los derechos humanos y contra el trabajo de los defensores, se explica en el informe, tiene sus reflejos lógico en las entidades con más complejidades sociales y política: Oaxaca, Guerrero, Chihuahua, Chiapas, Distrito Federal encabezan la larga lista.
Sobre los agresores, los registros de la RedTDT indican que son en primer lugar los perpetradores que actúan bajo el anonimato o se ocultan tras la agresión. El segundo las fuerzas estatales de seguridad, en tercero las municipales, en cuarto lugar el ejército, en quinto las fuerzas pública federales.
TIENEN DERECHOS
La Red explica como se ha profesionalizado esta actividad, que además es ya reconocida internacionalmente.
Defensor o defensora de los derechos humanos es la persona que, individualmente o junto con otras, se esfuerza en promover o proteger los derechos humanos, se reconoce internacionalmente.
“Las personas defensoras desempeñan un papel primordial frente a la arbitrariedad y los abusos contra la sociedad, siendo éstas la piedra angular del Estado de Derecho” se cita la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas sobre el derecho y el deber de los individuos, los grupos y las instituciones de promover y proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales universalmente reconocidos”:
Los derechos de las y los defensores son nueve: a ser protegido; la libertad de reunión; libertad de asociación; acceder y a comunicarse con organismos internacionales; libertad de opinión y de expresión; de protestar; desarrollar y debatir nuevas ideas sobre derechos humanos; a un recurso efectivo; acceder a recursos públicos para defender.
Esta es la otra profesión de alto riesgo en México. Quizá muchas personas desconozcan sus perfiles y sus avatares. Incluso entre periodistas también hay incomprensión. Por todo esto y más sería muy trascendente y hasta ejemplar que se concretara en el Distrito Federal esa ley que se enunció en la primera reunión de trabajo y que no tiene referencia en ninguna entidad: una Ley de protección integral a los derechos y al ejercicio de las personas defensoras de los derechos humanos y del periodismo en la Ciudad de México.
No hay comentarios:
Publicar un comentario