miércoles, 31 de octubre de 2012

Linchamiento mediático, secuela del 68

Jesús J. Castañeda Nevárez
Xalapa, Veracruz

Hace 44 años, un 14 de septiembre de 1968 en San Miguel Canoa, Puebla; 5 empleados de la Universidad Autónoma de Puebla hicieron escala en el poblado en su ruta hacia el volcán La Malinche. Las condiciones del clima no les era favorable, como tampoco lo fue la situación política que se vivía en ese tiempo en nuestro país.
El movimiento estudiantil estaba rebasando al gobierno y meses atrás había tenido también un incidente con la iglesia cuando un grupo de jóvenes entraron en la Catedral de México y tocaron las campanas en forma de protesta; pedían mayor libertad de expresión, modificaciones orgánicas de las universidades, entre otros reclamos. Por ello la Iglesia Católica decidió mantener una opinión similar a la del gobierno respecto a los conflictos estudiantiles.
Ese día las credenciales resultaron contraproducentes, ya que los trabajadores se identificaron como “de la Universidad” y en automático los pobladores les cerraron las puertas al tomarlos como los agitadores comunistas que desde el púlpito el sacerdote del lugar había alertado que vendrían a tratar de poner una bandera en la iglesia.
Solo bastó la voz acusadora del cura y posteriormente la sentencia, lo que marcó el destino de los jóvenes trabajadores de la universidad. La multitud se enardeció de forma irracional y sólo escuchó la declaratoria de culpabilidad de alguien que se asumía como representante de Dios y máxima autoridad de ese pueblo; un hombre a quien se le permitía decidir absolutamente todo sobre vidas y haciendas; nadie respiraba sin el permiso del cura.
Vino entonces la reacción absurda de más de dos mil habitantes de Canoa (no pensantes) que emprendieron el linchamiento con palos y machetes en contra de los cinco empleados universitarios. Una burda de fanáticos que creyeron ciegamente lo dicho por una persona y reaccionaron desde lo más salvaje de su instinto y masacraron a esos 5 inocentes.
De nada sirve que tiempo después se haya reconocido que el cura Enrique Meza en su estúpida ignorancia hubiera asegurado que eran comunistas que se comían a los niños y que querían tomar la iglesia para poner en ella una bandera rojinegra satánica. La misma iglesia no pudo asumir una postura de justicia y el enorme fanatismo del lugar terminó por imponer su ley.
En 1978 una revista publicó un artículo llamado “Canoa, 10 años después de la masacre” y relató la experiencia de un reportero disfrazado de turista, al cual le fue negada la “visa” por el cura y fue expulsado del pueblo sin permitirle tomar una sola fotografía y para ello le decomisaron el “rollo” de su cámara. Clara demostración de que por encima de la razón y la justicia está la sinrazón y la injusticia. Aunque, claro, esos eran otros tiempos y había mucha ignorancia.
Hoy todo debiera ser diferente; estamos en una época en la que la tecnología nos permite enterarnos al instante de lo que acontece en cualquier punto del planeta; aún en el espacio, podemos estar al tanto de las maniobras de ensamble de dos naves espaciales. Hoy conocemos todos los rincones del planeta y podemos realizar verdaderos viajes virtuales por cualquier país y conocer todos sus atractivos y su cultura.
Hoy tenemos computadoras más poderosas que la que tuvo la NASA en aquellos viajes espaciales que llevaron al hombre a pisar la luna en 1969. Y las traemos bajo el brazo o en un estuche pegado al cinturón; y nos podemos mantener informados de todo. Hoy leemos noticias de todo el mundo desde la comodidad de nuestro hogar. Hoy nos comunicamos con miles de personas con mensajes instantáneos, que tienen también respuesta inmediata. Todo gracias a la tecnología.
Porque entonces a pesar de la modernidad y de la educación, las reacciones de muchas personas siguen siendo irracionales y de impulso y arranque de linchamiento sin hacer uso de la capacidad de pensamiento, de análisis y de juicio centrado en la información que proviene de buena fuente y no sólo de “algún cura con feis o twitter” que mal informa, señala y sentencia contra alguien y los demás solo actuamos como una burda irracional “masacrando” a quien el dedo acusador señale; sin pensar ni razonar. A pesar de estar en pleno siglo XXI. Tendrá google alguna explicación?? No lo creo. Ese es lo que pienso.
jjcastaneda55@gmail.com

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