Felipe Mendiola Parra
Más claro ni el agua
Contra todos los pronósticos de los llamados conservadores, la obra del aeropuerto Felipe Ángeles se cumplió en tiempo y forma, entonces la lógica deja en claro que lo mismo va a suceder con la refinería Dos Bocas, el Tren Maya y el Corredor del Istmo de Tehuantepec.Desde su anuncio hasta la inauguración, los que no están de acuerdo con la política del presidente Andrés Manuel López Obrador, le buscaron todos los defectos, los errores, las posibles deficiencias y finalmente ahí está funcionando el aeropuerto, donde los verdaderos conocedores, los pilotos, sobre todo, han opinado con autoridad la calidad adecuada de esta magna obra.
Podría ser coincidencia, pero al otro día de la inauguración de la terminal aérea, hubo un paro nacional del auto transporte, aunque dicen que en política no existen las coincidencias y felizmente el asunto fue superado, pronto será olvidado pero el aeropuerto no, porque ahí está, como la puerta de Alcalá.
Ese mismo día se habló con insistencia de la señora que vendió las tlayudas, como si ese tema fuera importante como para convertirlo en una noticia, pero tampoco tuvo eco negativo, tal vez se logró dividir la opinión y pude ver que muchas personas estuvieron de acuerdo con la señora vendedora.
Andrés Manuel nada contra corriente y perfectamente lo sabe, cada día el esfuerzo es mayor, pero como una locomotora, en este momento ya nada lo detiene.
Desde hace muchos sexenios no se habían podido ver obras gigantes como estas que están contempladas en el gobierno de la Cuarta Transformación, pero esas será el legado de este equipo de trabajo con una forma distinta de ver las cosas, de aplicar el presupuesto y de seguir combatiendo la corrupción.
El otro y próximo impacto que beneficiará la economía del sureste será el Tren Maya, para lo que se están construyendo 1, 500 kilómetros de vía y donde desde ahora se han generado miles de empleos en su construcción.
Esta obra con su efecto e importancia revertirá el rezago económico que han vivido las familias de esa importante región del sureste del país.
También cuando se dio a conocer en 2018, los opositores se dedicaron a buscar todo lo que pudiera frenarla, sobre todo señalando el posible daño al medio ambiente y a la afectación que traería como consecuencia el deterioro al hábitat de la flora y fauna, pero sobre todo de las comunidades indígenas, lo cual se ha ido resolviendo conforme avanzan esos trabajos.
Criticar es fácil, pero desde hace muchos años no habíamos visto este tipo de iniciativas y hoy somos testigos de esa transformación que seguramente, colocará a México en otro nivel de desarrollo.
Más claro ni el agua.
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