martes, 25 de julio de 2017

* La "muralla China" que terminará por destruir al PRI

Místicos y Terrenales
* “Renovarse o morir". No debería ser un dilema

Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Desde finales del siglo XVIII el gran imperio chino decidió cerrar sus fronteras a todo trato con los "barbaros" extranjeros.
Hablaban de mantenerse puros, de que los foráneos llegaban para alterar sus costumbres y provocar degeneración en su pueblo.
Tal vez tenían razón, porque la cultura occidental, la europea, a donde quiera que llegó, arrasó con todo para dejar paso a sus comerciantes e industriales, en busca de mayor riqueza para ellos, nunca para los pueblos invadidos.
Por esa cerrazón fueron ocupados, derrotados y finalmente convertidos en el territorio de explotación que Mao Tse Tung derribó con su revolución china.
Hoy, eso mismo le podría pasar al PRI, a los priistas que pretenden mantener sus puertas cerradas para no dejar que lleguen candidatos de fuera que puedan darle una bocanada de aire fresco a ese partido.
El caso de la candidatura a la Presidencia de la República, es sintomático de ello.
Los dinosaurios buscan que se mantenga el candado de 10 años de militancia para quien vaya a ser el aspirante a ese cargo.
Los únicos que realmente podrían construir una candidatura a la presidencia de la República con cierta presencia electoral por parte del PRI (que no es lo mismo que tengan posibilidades reales de triunfo) y que cumplen con ese requisito, son Miguel Ángel Osorio Chong y Manlio Fabio Beltrones.
Pero Manlio Fabio ya se alineó con Osorio Chong, así que dejar cerrado el candado de los 10 años, es abrir el camino para el ahora secretario de Gobernación, para que sea el candidato del PRI a la Presidencia de la República.
Pero Osorio Chong no tiene con que competir: está muy identificado con la delincuencia, con la inseguridad pública, con los gobernadores corruptos (sus aliados, sus protegidos, véase el caso Fidel Herrera y Javier Duarte), que de llegar a postularse caería con el estrépito de cual gigante con pies de barro que ya no pueden soportar su peso.
Los dinosaurios priistas ya no tienen la fuerza que tuvieron.
Y la perdieron en parte por grupos internos del PRI que pugnaron, desde el gobierno federal, por el castigo a tanta barbarie: como muestra está la Auditoría Superior de la Federación y la propia Secretaría de Hacienda, estratégicas en el proceso que se le sigue a Javier Duarte en la PGR, por ejemplo.
La "ala conservadora" del PRI por no decir "corrupta" se mantiene en la idea de que cerrados, reciclándose, volverán a ganar. Se equivocan.
Hablar de defender sus tradiciones, sus costumbres, su forma de ser, en lugar de generarles apegos, votos, arrastre, les traerá alejamientos, incredulidad y desconfianza.
¿No han percibido que a estos jóvenes de hoy (esas generaciones X, Y y Millenials) la Revolución Mexicana ya nada les representa?. Hablarles de un recuerdo de hace 100 años no los alienta en lo más mínimo . . ¡Al contrario!, no quieren más ese discurso, si no muestras palpables de que se hacen cambios.
“Renovarse o morir". No debería ser un dilema.
 José Antonio Meade Kuribeña es esa pieza externa de respiro, de oxigenación, que podría permitir sentar bases para modificar la forma de ser y de representar a una sociedad que se siente no representada.
José Antonio Meade llega con una hoja de servicio limpia en la administración pública, que trae desde Vicente Fox.
Con Felipe Calderón estuvo la mayor parte del tiempo en la Secretaría de Hacienda, donde termina como titular, después de serlo también en la Secretaría de Energía.
Su trabajo desarrollado lo llevó a la titularidad de la Secretaría de Relaciones Exteriores y a la de Desarrollo Social en el gobierno de Enrique Peña Nieto, para ser hoy el Secretario de Hacienda.
Con todo ese trayecto hasta ahora nadie le ha sacado algún acto de corrupción.
Y es en ese tema donde se originan la mayor parte de los problemas de México.
Ya decidirá el PRI.
Por lo pronto, la sociedad mexicana si no mira mejores horizontes podría seguir acciones que Winston Churchill resumió así:
"Aquí deseamos que todos los ciudadanos luchen a la desesperada y lo harán con tanto más ahínco si saben que la alternativa es la muerte".
Y el fue un gran místico que ganó la II Guerra Mundial.

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