domingo, 9 de septiembre de 2012

Fiscalía-PGR, contra los periodistas


Alvaro Cepeda Neri *

A  los gobernantes les repatea que existan los periodistas. Y más que en la Constitución y sus leyes reglamentarias, incluyendo las respectivas de los derechos humanos, se mantenga la libertad de expresión como una conquista política, para que los mexicanos tengan cómo manifestar sus opiniones. No se acaba de publicar una información y comentario con crítica sobre atentados, secuestros y homicidios de periodistas, cuando en Morelia, Michoacán, el comunicador e investigador Edgardo Morales –quien acaba de presentar su libro Palabra de caballero, donde se narra la historia de Los Caballeros Templarios– declaró: “Soy objeto de persecuciones y amenazas del gobierno federal y sus policías y soldados, al grado de que me tuve que cambiar de Apatzingán, con todo y mi familia”, como recogió la información el reportero-corresponsal Ernesto Martínez Elorriaga (La Jornada, 23 de julio de 2012).
Ya presentó una queja ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos el periodista que en su texto exhibe la forma en que el citado grupo opera en la región de Tierra Caliente; el estado de guerra que impera en el país, donde el calderonismo, con uniformes de las Fuerzas Armadas y del orden, se enfrenta contra unas delincuencias a las que no ha podido siquiera contener y hace víctimas a todos los mexicanos. En tal contexto también los periodistas que cumplen con su deber profesional, sufren las consecuencias de los baños de sangre.
El gobierno federal, algunos gobiernos estatales y municipales, supuestamente, han implantado medidas para “garantizar” el oficio de la prensa. Diputados federales y senadores en el Congreso de la Unión, han dictado disposiciones jurídicas para más de lo mismo. Y es hora que los periodistas, como todos los mexicanos que quieren vivir en paz y apenas sobreviven en medio de la violencia, siguen siendo víctimas de toda clase de delitos que llegan a privarlos de la vida por homicidios nunca aclarados, como los más de 100 mil asesinados que arroja la “no-guerra” de Calderón, sin que sus familiares sepan, en un 90 por ciento, dónde fueron enterrados, incinerados o abandonados. Éstos son desaparecidos cuando sus cuerpos deberían entregarse a las autoridades forenses. Y es que, al negarse Calderón a promulgar la Ley General de Víctimas e iniciar una controversia constitucional, trata de no rendir cuentas y menos indemnizar a los deudos de esos mexicanos asesinados por marinos, soldados y policías.
La Comisión Permanente, integrada por diputados y senadores de todos los partidos, ante la ineficacia de la Fiscalía Especializada en Delitos contra la Libertad de Expresión, de la Procuraduría General de la República (PGR), citó a su enésima titular Laura Angelina Borbolla Moreno, y ésta, como los anteriores cuatro o cinco en el mal gobierno de Calderón, sólo se limitó a contestar los cuestionamientos por su pésimo desempeño, que “cuenta con un registro de 67 periodistas asesinados, 14 desaparecidos y se han integrado 37 averiguaciones con 74 probables responsables”, consignó en su nota la reportera Andrea Becerril (La Jornada, 18 de julio de 2012).
Las cuentas son carentes de veracidad, como muy pronto lo veremos en el libro de Carlos Moncada con prólogo de Miguel Ángel Granados Chapa (el último texto del periodista fallecido a finales del año pasado), donde puntualmente, el reportero sonorense ha documentado la situación que el gremio periodístico ha padecido de intencional falta de mínima seguridad para el cumplimiento de su trabajo. La PGR, a través de esa Fiscalía, no ha hecho su trabajo. Por el contrario está contra los periodistas. Así que éstos han tenido que cuidarse hasta de los funcionarios que no cumplen con sus obligaciones.
No hay la menor voluntad jurídica ni política de parte de Calderón por medio de la PGR y dicha Fiscalía para contribuir a proporcionar derechos y garantías a los periodistas. Y es que el calderonismo desprecia el trabajo de la prensa y más cuando ésta es crítica e informa sin censura. Calderón simpatiza con Televisa, Tv Azteca, los medios impresos y de la radio que no cuestionan los abusos, negligencias y actos fallidos del gobierno federal, de las entidades y de la administración defeña. Calderón es igual que Ebrard y éste que los desgobernadores, quienes, a la par de los delincuentes, arremeten contra el periodismo que no se somete al toma y daca de publicidad por silencio.
La Fiscalía de la PGR durante casi seis años, ha sido un órgano del Ministerio Público federal, que ha servido absolutamente para nada. Es una burocracia que se chupa el presupuesto de egresos en pagar a los que han sido sus titulares, quienes archivan averiguaciones y engañan a las víctimas de toda clase de delitos contra la libertad de expresión. Si en este país hubiera un imperio de la ley, un estado de derecho donde los funcionarios no interrumpieran su vigencia, entonces ya tendríamos juicios políticos contra ellos. Mientras tanto los periodistas siguen sufriendo por la inseguridad y una PGR-Fiscalía que está en contra de la libertad de prensa.

*Periodista

Fuente: Contralínea 301 / Septiembde de 2012

miércoles, 5 de septiembre de 2012

¿Y la educación importa a EPN?


Místicos y Terrenales
¿Y la educación importa a EPN?
Veracruz, ejemplo del no hacer

Marco Antonio Aguirre Rodríguez

Enrique Peña Nieto en su camino hacia la Presidencia de la República, a convertirse en el gran místico de este país, habla de “resultados en unidad” a pesar de que se haya elegido un congreso plural, lo cual en buen español debería significar una real intención de un trabajo conjunto por lo menos con los diputados y senadores.
Peña Nieto sabe que la mínima diferencia de votos por los que llega a la primera magistratura del país y el que se mantengan oposiciones fuertes a su arribo le deben llevar a dar muestras de lo que antes dijo y que luego Pedro Joaquín Coldwell ha reiterado, de conciliación.
Pero al menos la presentación de su equipo de transición no muestra que existan intenciones de un gobierno conjunto y mucho menos de conciliar con las otras fuerzas políticas del país y, sobre todo, con los terrenales.
Peña Nieto antes de llegar al poder debe evaluar el que realmente instaure un gobierno de coalición, de coparticipación, mejor dicho, en el que debe atender dos áreas sustanciales por la importancia del país y en las que deben estar personas que realmente hayan demostrado capacidad para desarrollarlas: Educación y Seguridad Pública.
Una muestra de que realmente tiene interés de atender la seguridad pública a fondo sería acoger la propuesta de Bernardo Bátiz Vázquez para la Procuraduría General de la República, por sus antecedentes efectivos en esta área.
Pero la atención especial debe ser en el área de Educación, porque ahí es donde se forma a los ciudadanos del futuro, a quienes realmente podrán cambiar a este país.
Y para esa posición nombró a alguien que de entrada carece de un perfil adecuado; Aurelio Nuño Mayer, uno de los escribanos del libro de Enrique Peña Nieto, “México, la gran esperanza” del cual se presentaba como coordinador.
Aurelio Nuño es egresado de la Universidad Iberoamericana, con estudios de postgrado en Oxford (dice).
Aunque igual y no anda tan errado, porque fue uno de los muy pocos beneficiarios de un “apoyo” por parte de la Dirección General de Relaciones Internacionales de la SEP, por la cantidad de 94 mil 23 pesos con 40 centavos.
Tal vez eso le de la experiencia para hacerse cargo del ramo educativo.
Pero en lo que si tiene camino recorrido es en la cuestión comunicacional, tanto que fue coordinador de Difusión de la campaña de Enrique Peña Nieto, aunque ahí, paradójicamente, a partir del 15 de junio dejo su twiter, @aurelionuno.
De que ha sido hombre cercano a Luis Videgaray, tampoco hay duda, porque fue su coordinador de asesores en la LXI Legislatura, y luego, también a su sombra, coordinador de mensaje en la campaña para gobernador del Estado de México de Eruviel Ávila.
Pero también tiene el respaldo de su mentor en la Ibero, José Carreño Carlón, con quien se dice trabajó para realizar la mal realizada presentación en esa universidad, ¿Acaso esa es la experiencia previa acreditable?.
La forma en que se dieron las comisiones muestran más bien una intención de pago de cuotas de poder.
Porque Aurelio Nuño Mayer debe ser pariente del poderoso constructor Aurelio Nuño Morales, del despacho Nuño-MacGregor-De Buen, que ha trabajado en la construcción de varias líneas del Metro del DF.
Peña Nieto debe poner una gran atención en ese ramo y no colocar a cualquiera.
Para ejemplo Veracruz, donde la inversión en lo educativo está a la baja, tanto que ninguno de los programas educativos tiene avances.
En Veracruz el nivel de analfabetismo sigue siendo el cuarto mayor del país; la escolaridad promedio es de 7.7 años, la quinta más baja y muy lejana al promedio nacional de 8.6 años.
El programa de escuelas de tiempo completo, que ya debería estar en 720 planteles, apenas tiene 48, y eso porque los padres de familia se han preocupado, porque no se han construido las cocina, los comedores y las áreas de descanso que se necesitan.
Ah, ni tampoco se ha contratado el personal para que puedan operar.
Peña Nieto no puede poner a alguien con las mismas características de Adolfo Mota, el Secretario de Educación de Veracruz.
Pero además, ¿con Aurelio Nuño también se repetiría el fenómeno de que los dineros destinados a la educación desaparecen?.
La acusación la hizo en directo el titular del Colegiado de Superación Profesional de la Sección 32 del SNTE, Tirso Animas García, apenas este 16 de agosto, cuando mencionó que la SEV adeuda pagos al ISSSTE, SAR, Carrera Magisterial, Becas, Comisión, seguros institucionales, seguro de retiro, pago de marcha, así como el incremento salarial aprobado desde el pasado mes de mayo a maestros de la entidad.
El rezago proviene desde el 2009 y tan sólo del pago de becas-comisión existe un adeudo de 15 millones de pesos correspondiente a maestros que cursan algún posgrado.
El Secretario de Finanzas del Estado, Tomás Ruíz González, dice que nada se debe.
Pero en la SEV dicen que nada ha llegado.
Entonces el dinero se quedo en manos del Tesorero del estado, Antoio Tarek Abdalá Saad, o del Secretario de Educación, Adolfo Mota o de quien maneja el recurso en esa dependencia,
O peor, ¿se fue para otro lado y ya nunca regresará?.
Como sea, Veracruz es un muy buen ejemplo de que poner a una persona inadecuada en el manejo del campo educativo es inconveniente.
Sobre todo si en verdad se quiere hacer avanzar al país.
Un incremento en el nivel educativo dará muchos más dividendos políticos que cualquier medida populista de vender huevos a precio de competencia desleal.
Peña Nieto debe decidir si como gran místico seguirá los pasos del místico de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa.
O hará algo que realmente beneficie a su gobierno por los buenos resultados.