viernes, 30 de diciembre de 2011

Una limosna para este pobre 2011, que ha dejado hijos, para el 2012


Lic. Inocencio Martinez Cortes

Exacto, en unas cuantas horas, termina el año 2011, año viejo que nos deja con la factura en la mano a millones de mexicanos, para cobrársela al año 2012, solo que al parecer no tiene fondos la chequera, por lo tanto buscaremos  a quien nos la pague y no ver quien nos la hizo.
Andaremos detrás de los reyes que cómodamente están en los sillones de sus palacios, resguardados con policías y guaruras, para que nadie los moleste a quienes le cobraremos todo lo que en campaña prometieron y que según su plan de obras y servicios para este 2012, tienen que realizar, además de los asuntos pendientes que no hicieron por falta de atención o de recursos según el discurso fácil, con que nos salen siempre
Vamos a tener un ventaja, por tratarse de año electoral, en una de esas no habrá necesidad de entrar a esos lujosos lugares alfombrados y toda la cosa, pues habrá grandes ofertas, estilo “Buen Fin Calderonista” en donde los ilusos candidatos apoyados por los padrinos políticos dueños del poder, se prestaran como efectivos gestores, para facilitar el trámite de los requerimientos ancestrales, que nos deben y no han cumplido ahora como gobierno municipal, estatal y federal.
Ellos mismos tendrán que bajar el peldaño, para alcanzarnos y ofrecernos hasta lo que no, pues se vestirán la mayoría de matraqueros y promotores de los  candidatos de sus partidos y entonces, los volveremos a ver  de cerquita para tocarlos y escucharles su grandilocuencias vanas, propias de la forma de engatusar a la gente
En nosotros estará el tener la capacidad de poder cobrar la factura social, a favor de la causa colectiva, ya sea a mutuo propio o creyendo en lidercillos vende causas, que siempre aparecen, en la que en ocasiones se llevan la mejor parte, por ello debemos estar atentos y no dejarnos engañar, ni por los candidatos, ni por los coyotes electorales.
Este 2011 nos deja una herencia de fatales consecuencias, muertos, niños, padres, hermanos y muchas familias en la orfandad, miseria, deudas, desempleo, hambre, desnutrición y hasta la fe perdida en las creencias religiosas, que es en lo que se apuesta siempre.
Aun cuando el mexicano se dobla, pero no se quiebra, cada vez es mayor el dolor que sufre, lo malo es que  ha empezado a buscar salidas fáciles, nada recomendables, por más que se les trata de animar, para que de manera estoica resista las tentaciones a que ha sido obligado por las circunstancias.
Hay temor que para el año 2012, tengamos que aceptar  nuestra realidad como una pesadilla, sin control de quienes lo han propiciado, la inflación nos está ahorcando, empieza a percibirse desesperación en las familias mexicanas, ya la inmigración no es negocio, los que se encuentran fuera del país han preferido quedarse por allá, olvidando la mayoría a la familia.
Con todo y la adversidad, México está de pie aguantando el saqueo de algunos malinchistas mexicanos, que solo ven por lo suyo, lo importante es que seguimos mirando hacia adelante buscando la salida, sin voltear hacia atrás con el ánimo de enfrentarnos al año 2012 con fuerza y valor como nos caracteriza a los mexicanos.
Otro: Mis mejores deseos para este año venidero 2012, bendiciones para todos.

Carta a los Reyes Magos


Uriel Flores Aguayo

En las fiestas de la navidad una de las más bonitas tradiciones es la de los Reyes Magos, que tiene origen cristiano pero también componente popular. Ahora, los Reyes Magos, que siempre fueron más lo segundo que lo primero, comparten espacio con Santa Claus (papa Noel), que se ha instalado en el mundo por la fuerza económica y cultural  de los Estados Unidos. La tradición de los Reyes Magos, que nos llegó de España, es una de las representaciones y momentos más bonitos y sublimes de los niños. Es la ilusión de pedir juguetes y otras cosas después de haber hecho meritos, es un momento mágico y feliz para los niños que creen haberse portado bien y actuado correctamente; es un premio largo y ansiosamente esperado, es la ratificación anual de la justicia y la bondad.
Como casi todo en la vida, simbolismos aparte, es una festividad muy firme en la primera infancia, con dudas en la segunda y extinta un poco antes de la pubertad. Los contrastes de esas fechas tienen que ver con la desigualdad  social  y la marginación: niños dignos y buenos que no reciben nada porque sus Reyes Magos son muy pobres o se transformaron en esclavos y brujos por el sistema dominante.
Es asombrosa la representación que todos hacemos en torno a la tradición de los Reyes Magos, que cuando adquieren formas de los papás y las mamás, juntos o separados, nadie se enoja ni se desilusiona. Lo mágico del momento tiene que ver con la alegría  desbordada de los niños pero también con la satisfacción de los papás, difícilmente tan queridos y adorados después de esa etapa .Me chocan los grillos, politiqueros y falsos filántropos que utilizan esta costumbre para obtener popularidad, muchas veces con recursos públicos o ajenos de otro tipo.
Estas fiestas, con las modificaciones del tiempo y hasta de la mercadotecnia, nunca van a desaparecer, tienen vida propia y van a perdurar por los siglos de los siglos; es cuestión de fe, como todo en la religión y hasta en la vida; como la virgen de Guadalupe que, manejos eclesiales aparte, mueve a la mayoría de los mexicanos. Así que, con el anglosajón Santa Claus y todo, los tres Reyes Magos van a seguir despertando las ilusiones y las sonrisas de los niños.
Creo que todos alguna vez hicimos una carta a Melchor, a Gaspar y a Baltasar, es decir, creímos en la magia de nuestros personajes y apelamos a la compensación de nuestra buena conducta. Como adultos siempre estamos tentados a pedirle algo a los Reyes Magos, que riendo que exista en versión moderna o creyendo que podemos lograr algo de ciertos poderes mágicos. No es ingenuo, hay realismo y motivación, si hacemos una carta para el 2012, para México; pero hacerla a nosotros mismos y a los lideres, involucrándonos en los asuntos colectivos y asumiendo también un papel de liderazgo.
Que nuestra carta a los Reyes Magos, por llamarlos de alguna manera acorde al momento, sea una carta ciudadana que se dirija a los gobernantes, a la clase política, a los lideres en general, a las figuras públicas, a los empresarios y al pueblo. Que por medio de esa carta plasmemos nuestra opinión sobre el estado de cosas, donde se incluyan sentimientos y visiones, peticiones y exigencias, propuestas y plazos. Que en ese escrito de millones de personas, de voluntades, se hable de un país justo, en paz, sano, libre y de bienestar.
Nuestro pronunciamiento, seguido de acciones y compromisos, para que no sea un rollo y tomadura de pelo a los Reyes Magos, debe ir claramente contra la desigualdad, la injusticia, la pobreza, la violencia, la demagogia, la frivolidad, la ignorancia, el clasismo y el racismo. Debe ser nuestra declaración de principios, con derechos y obligaciones, de tal manera que no permitamos que algunos se hagan rosca, de la que sólo debe haber con muñequitos y chocolate el seis de enero.
Recadito: como decimos en el FAS y en el MOPI. ¡Amor y paz para el 2012!
urielfloresaguayo@hotmail.com